El futuro energético de Europa está en juego, y las inversiones en infraestructuras eléctricas transfronterizas emergen como una prioridad ineludible. Con un panorama marcado por la necesidad de abordar la transición energética y alcanzar la neutralidad climática para 2050, las cifras presentadas en el Plan REPowerEU son claras: se requerirán inversiones masivas para fortalecer y expandir las redes eléctricas europeas.
Según los análisis más recientes, se estima que los costos totales de inversión para cubrir las necesidades de infraestructura eléctrica transfronteriza hasta 2030 superan los 17.500 millones de euros, y esta cifra aumenta significativamente a 52.500 millones de euros para 2040. Estas inversiones son fundamentales para garantizar una red eléctrica robusta y conectada que respalde la creciente demanda de energía renovable y facilite la transición hacia una economía de carbono neutral.
Así, la presidencia belga afrontará en el próximo Consejo 'Informal' Europeo de Energía, celebrado el 15 y 16 de abril, tres puntos destacados en la agenda de la reunión: los desafíos a largo plazo de las infraestructuras eléctricas transfronterizas, la elaboración de una 'hoja de ruta' de infraestructuras coordinada entre los Estados miembros para los próximos años y la aceleración de la concesión de permisos de proyectos renovables, junto a su acceso de conexión a la red.
Desafíos
Sin embargo, el desafío de movilizar estos recursos es evidente. En un contexto donde los fondos públicos son limitados y la inflación y el aumento de los tipos de interés pueden afectar negativamente a los proyectos, se hace necesario buscar fuentes de financiación alternativas y complementarias.
El apoyo financiero de la Unión Europea de 5.800 millones a través del Mecanismo Conectar Europa (MCE) en el Marco Financiero Plurianual para 2021-2027 se considera insuficiente para abordar los desafíos actuales, ya que se estima que entre 2022 y 2030, se necesitarán alrededor de 584.000 millones de euros en infraestructuras eléctricas. Este monto abarca una amplia gama de activos, desde refuerzos en las redes nacionales de distribución hasta el desarrollo de infraestructuras de transmisión transfronterizas.
De esta manera, para garantizar el alcance de estas inversiones, la presidencia belga considera que se requiere una combinación de instrumentos financieros públicos y privados a escala nacional, regional y europea, junto a una visión más completa para coordinarlos y asegurar su eficacia en el desarrollo de proyectos de infraestructuras energéticas.
Financiación
"Es imperativo atraer capital privado, pero esto también conlleva la necesidad de establecer marcos claros de responsabilidad y derechos tanto para los inversores privados como para las entidades públicas o reguladas. La reducción del riesgo es crucial para estimular las inversiones, pero debe hacerse con cuidado para evitar inversiones menos útiles para la sociedad y los consumidores" explica el documento sobre el que se debatirá la próxima semana.
La financiación de estas inversiones no solo depende de instrumentos financieros tradicionales, sino que también se deben considerar nuevas opciones. Es por ello por lo que se prevé proponer, por ejemplo, la creación de un Fondo de Inversión 'Offshore' a nivel de cuenca marítima podría apoyar proyectos renovables e híbridos, coordinando flujos de financiación públicos y privados para proyectos de relevancia regional —es decir, tener una intención similar a la del Banco de Hidrógeno de la UE— .
Además, los belgas ponen también el foco en la aceptación pública de los aumentos de tarifas o costos de energía, considerando que "se deben implementar medidas para mitigar el impacto de estas inversiones adicionales en los consumidores finales y garantizar una transición justa".
Aceleración
Por otro lado, acelerar la concesión de permisos y mejorar la escala y velocidad de las cadenas de suministro mediante la normalización son esenciales para superar los obstáculos que prolongan el plazo de ejecución de estos proyectos.
"Es innegable que el plazo de ejecución de los proyectos de infraestructuras energéticas se prolonga, lo que supone un reto importante para cumplir nuestros ambiciosos objetivos de futuro. Mientras nos esforzamos por acelerar la transición energética, debemos reconocer que los procesos de conexión a la red son cada vez más complejos. Además, los obstáculos acumulados de costes elevados, incertidumbres financieras e interrupciones de la cadena de suministro hacen aún más inseguro el entorno para nuevos proyectos, lo que lleva a casos de abandono de proyectos" se continúa detallando en el texto del documento.
"Son necesarias varias acciones para acortar el plazo de ejecución de los proyectos esenciales para alcanzar nuestros objetivos. Tenemos que aumentar la escala y la velocidad, mediante la normalización, la compatibilidad y la interoperabilidad, y acelerar el crecimiento de nuestras industrias, lo que a su vez ayudará a la UE a alcanzar sus objetivos en materia de energía" añaden.
Asimismo, identifican que la concesión eficiente de permisos para las redes podría acelerar la transición energética. "La complejidad y duración excesiva de los procesos nacionales de concesión de permisos, así como los numerosos recursos legales y su resultado a menudo impredecible, socavan actualmente la seguridad de las inversiones necesaria para el desarrollo eficaz de una infraestructura energética integrada. En su lugar, el proceso debería ser armonioso y compatible en toda la Unión Europea, al tiempo que compatible con las diferentes características de cada Estado miembro, en consonancia con el Plan de Acción de la Red" concluyen.
Piloto
10/04/2024