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"Los países árabes del Golfo no son conscientes del cambio que suponen las renovables en el modelo energético mundial"

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El Golfo es una región clave para la economía mundial, pero también es una de las regiones más propensas a las tensiones y grandes conflictos bélicos. A las rivalidades regionales se suman las intervenciones extranjeras en sus distintas formas. En la jornada "Implicaciones geopolíticas de las tensiones en el Golfo" del Real Instituto Elcano, se pusieron sobre la mesa diferentes aspectos de la complicada situación social que viven en estos momentos.

Tres son los factores que principalmente causan las tensiones entre los países árabes del Golfo: la rivalidad por la hegemonía regional, que se dirime entre Arabia Saudí e Irán, la crisis dentro del Consejo de Cooperación del Golfo a raíz del bloqueo a Qatar,  y los ataques de la Administración Trump contra el acuerdo nuclear que firmaron las grandes potencias con Irán en 2015.

"Estamos hablando que Arabia Saudí ha adquirido un papel de actor regional que antes no tenía", explicaba la corresponsal en Dubái del diario El País, Ángeles Espinosa, "y los periodistas y analistas no tenemos ni idea de lo que pasa allí". Se refería al momento concreto de la muerte del rey Abdalá en 2014, "inmediatamente todos publicamos la información con una palabra en común 'continuidad', en aquellos días nadie intuía o anunciaba lo que iba a ocurrir, con tantos cambios, tantos ceses, tantos nuevos nombramientos bajo el reinado del joven Mohamed Bin Salmán".

"Hay una volatilidad creciente en todos los sectores", señalaba Tarik Yousef, director del Brookings Doha Center, "algunos conflictos están generando otros conflictos que están atrapando a todos los países, lo que no es bueno para nadie, creando dudas, incertidumbres y una polarización creciente entre Arabia Saudí e Irán", en definitiva, "la tendencia es que el sistema de estados árabes se está desintegrando de manera gradual, y todo con un denominador común, la ausencia de estructuras de seguridad comunes en la zona, hay una dependencia del exterior para garantizar la seguridad interna de cada estado y encima hay demasiados actores en rumbo de colisión".

Pero, ¿y qué ocurre con el cambio en el modelo energético mundial? ¿cómo ven los países árabes del Golfo el viraje hacia un mundo menos dependiente de los combustibles fósiles? "No he visto ningún país con una nueva visión y con perspectivas de ajustarse a este cambio", explica a este diario Tarik Yousef, "ni cómo van a estructurar un plan de cambio para adaptarse al futuro, y todo porque el mercado chino sigue siendo muy potente para la exportación de sus productos, pero lo que está claro que tienen un problema, y es que los países de Oriente Medio van a perder cuota de mercado, lo que es otra amenaza añadida a la que tendrán que enfrentarse en un futuro próximo".

"Es cierto que hay una apuesta clara por la fotovoltaica", puntualiza Ángeles Espinosa, "pero más allá de eso está el escollo de la energía nuclear, por su carácter de símbolo de prestigio internacional para estos países. De hecho, Arabia Saudí tiene planes de construir nuevos reactores y de continuar con el enriquecimiento del uranio".

Respecto a la nueva era que emerge entorno a las energías limpias, la periodista constata que "son muy conscientes de este cambio, de que algo está pasando, pero no están poniendo las suficientes bases para iniciar ese cambio".

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