Repsol está consolidando su posición como actor clave en la transición energética con una ambiciosa estrategia centrada en los combustibles 100% renovables y sintéticos, una vía real para la descarbonización del transporte que no requiere la modificación de los vehículos ni las infraestructuras actuales.
Este plan se articula a través de una red de proyectos industriales en Cartagena, Puertollano, Tarragona y Bilbao, con el objetivo de alcanzar una capacidad productiva de combustible renovable de 2,7 millones de toneladas al año para 2030.
El corazón de la producción a gran escala ya está latiendo en Cartagena. Repsol puso en marcha en 2024 la que es la primera planta de combustibles renovables de gran escala en la Península Ibérica, con una inversión de 250 millones de euros. Esta instalación pionera tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas anuales de diésel renovable y Combustible Sostenible de Aviación (SAF). Su funcionamiento se basa en la economía circular, empleando residuos orgánicos como aceite de cocina usado para su fabricación. El uso de estos combustibles avanzados permite una reducción de entre el 80% y el 90% de las emisiones netas de CO2 en comparación con los combustibles de origen mineral, y evita la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año.
El despliegue industrial se completará en 2026 con la entrada en operación de una segunda planta de combustibles 100% renovables en Puertollano. Este complejo se enfocará en transformar residuos agroalimentarios y otros residuos industriales en carburantes sostenibles para la movilidad por carretera y marítima. La instalación, que supondrá una inversión superior a los 120 millones de euros, tendrá una capacidad anual de unas 200.000 toneladas. Además, Repsol invertirá en la producción de biohidrógeno en Puertollano al sustituir el gas natural por gas de origen biológico, lo que aumentará la descarbonización de todo el ciclo productivo de la nueva planta.
Combustibles sintéticos
En paralelo, la compañía no solo se enfoca en biocombustibles avanzados, sino que también está abriendo el camino para los combustibles sintéticos de cero emisiones netas. Para ello, se ha dado luz verde al proyecto de una planta piloto de combustibles sintéticos en el puerto de Bilbao (liderada por su filial Petronor), que se cuenta entre los mayores del mundo en su tipo.






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