Los trabajadores de Holaluz inician la huelga tras no alcanzar un acuerdo con la dirección

La plantilla de Holaluz ha iniciado una huelga indefinida tras fracasar las negociaciones con la dirección para evitar la eliminación del teletrabajo y otros derechos laborales.

El conflicto comenzó en septiembre de 2024, cuando la empresa presentó un plan para regresar a la presencialidad tres días por semana. La propuesta fue rechazada por un 77% de los empleados, quienes la consideraron inviable. En diciembre, la dirección agravó la situación al plantear una Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo (MSCT), que incluía la eliminación total del teletrabajo y otros beneficios adquiridos, como el seguro médico, los cursos de idiomas y los descuentos en gimnasios.

Durante el periodo de consultas de la MSCT, los trabajadores insistieron en retomar una propuesta híbrida de tres días presenciales y dos de teletrabajo, pero la empresa ofreció concesiones mínimas, como permitir el trabajo remoto únicamente un día en agosto y otro en Navidad. El proceso finalizó el 23 de diciembre sin alcanzar acuerdos, y días después Holaluz comunicó la imposición de la presencialidad total a partir del 28 de enero de 2025.

Fuentes sindicales han declarado a este medio que, a pesar de las reuniones de mediación, "la empresa no se mueve, no nos ha contactado ni ha dado respuesta alguna".

Punto de fricción

El principal punto de fricción es la decisión de Holaluz de eliminar el teletrabajo. Desde 2020, la empresa permitía trabajar de manera remota, un beneficio indispensable para el 97,7% de la plantilla, según los resultados de una encuesta interna que se llevó a cabo. Este cambio, que obliga a la presencialidad total desde el 28 de enero, coincide con otras medidas polémicas, como la eliminación de beneficios adquiridos y la congelación salarial, lo que ha incrementado las tensiones.

La eliminación del teletrabajo, combinada con la falta de espacio suficiente en las oficinas, ha llevado a los representantes de los trabajadores a sospechar que la medida forma parte de un despido colectivo encubierto —en forma de ERE—. "No han presentado datos ni justificaciones económicas que avalen esta decisión", han señalado a El Periódico de la Energía desde el Comité de Empresa, subrayando que la dirección tampoco ha mostrado disposición para negociar excepciones para familias monoparentales o empleados que residen fuera de la provincia.

Condiciones laborales

El conflicto actual no es un hecho aislado. Desde 2023, cuando la empresa llevó a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), los trabajadores han experimentado un deterioro continuo en sus condiciones laborales. Los salarios han permanecido congelados durante años, y los empleados denuncian una política de "meritocracia" que ha generado desajustes salariales significativos entre compañeros de distintos rangos.

Además, los empleados afirman que la dirección ha respondido a las demandas laborales con amenazas y comentarios que invitan a los descontentos a abandonar la empresa.

Ante este panorama, el Comité de Empresa exige el rechazo a la MSCT, la recuperación del teletrabajo y un aumento salarial acorde con el incremento del coste de vida. Los trabajadores también reclaman una negociación de buena fe por parte de la dirección para evitar un mayor deterioro del ambiente laboral.