El estado de Nueva York se halla inmerso en un debate filosófico sobre la mejor manera de promover el almacenamiento energético. Hasta ahora los esfuerzos del estado para reformar el mercado de la electricidad se habían centrado en gran medida en las energías renovables, y la industria del almacenamiento ha estado esperando su gran desarrollo propio.
Los legisladores cogieron el toro por los cuernos el mes pasado al aprobar un proyecto de ley que pide a la Comisión de Servicios Públicos (PSC) que establezca un objetivo de almacenamiento para 2018 que las empresas eléctricas deben cumplir en 2030. El Senado y la Asamblea aprobaron sus medidas por unanimidad.
El Gobernador Andrew Cuomo aún no ha firmado la nueva norma, aprobada por ambas cámaras el mes pasado. Sin embargo, el objetivo estatal de adquisiciones va en contra del enfoque impulsado por el mercado. El Gobernador Cuomo ha defendido la transición del modelo de negocio eléctrico a la promoción de la generación distribuida.
“Realmente, lo que estamos tratando de hacer es convertir la energía solar y el almacenamiento en una oportunidad de negocio para las compañías eléctricas”, decía hace unos días el secretario de Energía de Nueva York, Richard Kauffman, a GTM. “Si se convierte en una mera serie de mandatos y reglamentos, no va a ser lo suficientemente receptiva”.
Kauffman describió algunos retos para integrar un mandato de arriba hacia abajo en el proyecto más amplio de la Reforma de la Visión de la Energía (REV). La REV de Nueva York tiene por objeto abordar tanto la ineficiencia financiera como la ineficiencia energética de la actual red eléctrica. Eso requiere cambios en las estructuras de incentivos que recompensan a las compañías eléctricas por grandes mejoras de capital, pero que en la mayoría de las cuentas del cliente pasan a través de costes en los que la empresa no gana dinero.
La innovación de la REV es compensar a la empresa con un recorte de los ahorros que se derivan de aprovechar activos de energía distribuidos más baratos en lugar de costosas actualizaciones de la red de la vieja escuela. A su vez, esto requiere una métrica más sofisticada para determinar el valor de esos activos en diferentes partes de la red.
“Cuando hablo de la construcción de la red del futuro, es difícil para mí ver cómo puede ser planificada centralizadamente,” dijo Kauffman. “Cuando se piensa en otras redes que se han creado alrededor nuestro,, donde la tecnología ha cambiado radicalmente, se ha hecho porque los proveedores han sido capaces de responder a los mercados”.
Internet, por ejemplo, surgió de los primeros fondos de investigación del Departamento de Defensa, señaló. La inversión gubernamental mantuvo el proyecto en marcha antes de que estuviera listo para la inversión privada, pero Internet realmente despegó una vez que se convirtió en una plataforma para que los actores del mercado competieran y prestaran servicios.
Esto plantea la pregunta de cuánta ayuda gubernamental es apropiada para sacar una nueva tecnología adelante partiendo de la nada y en qué punto esa ayuda comienza a sofocar el crecimiento de un mercado apropiado. En el caso del almacenamiento de energía, la industria apenas ha llegado al punto de partida, especialmente en la costa este.
California instrumentó un mandato de adquisición de energía de 1,3 gigavatios en 2013 para iniciar la industria allí y ayudar en los objetivos de expansión de energía limpia del estado. Desde entonces, se ha vivido un ritmo constante de normativa legal sobre el mandato de almacenamiento de Oregon, Massachusetts, Nevada y Nueva York.
Los partidarios dicen que estos mandatos envían una señal al mercado para invertir en el almacenamiento y lograr unas compañías eléctricas familiarizadas con la nueva tecnología o, en última instancia, reducir los costes de su desarrollo.
Establecer un objetivo sobre estructuras anticuadas del mercado podría impulsar el desarrollo del almacenamiento a corto plazo pero no resuelve los desafíos subyacentes. “La manera fácil de hacer las cosas es tener mandatos; la forma más dura pero más impactante es desafiar a la industria y a las compañías eléctricas a pensar en diferentes enfoques“, dijo Kauffman. “Si hay un poco de lo que usted necesita porque los números todavía no funcionan, entonces podemos colocar en un mandato o una capa algún apoyo financiero provisional”.
Cuomo adoptó un objetivo para la adquisición de energías renovables: 50% para 2030. Sin embargo, la administración no lideró el cambio con ese mandato, dijo Kauffman; el objetivo procedía del procedimiento de las partes interesadas de la REV. El requisito del 50% en lugar del 30% actúa como señal de mercado, proporcionando a los que participan en este la garantía de que es el momento adecuado para invertir en energía renovable. Como Kauffman lo describe, un buen requisito regulador sirve como un puente, no como un destino final.
El resultado para el mandato de almacenamiento de la legislatura puede depender de donde caiga en relación con esa línea fina.”Realmente estamos tratando de establecer un conjunto de principios y reconocer hacia dónde queremos dirigirnos, y si necesitamos tener mandatos o programas de apoyo específicos para llevarnos a ese futuro, entonces estamos abiertos a ello”.
El texto del proyecto de ley requiere más que un objetivo numérico. También le pide a la Comisión de Servicios Públicos (PSC) que determine “programas que permitan al estado cumplir con ese objetivo”. Esos programas deben tener en cuenta los costes diferidos de transmisión, distribución y capacidad, la minimización de la carga máxima y el almacenamiento situado delante y detrás del contador.
Más allá de eso, la legislatura deja los detalles para la Comisión, la misma entidad que lleva a cabo el proceso actual de reforma (REV). Con la PSC manteniendo las riendas, podría ser posible determinar un programa de almacenamiento que encaje orgánicamente dentro de la reforma general y esquive las trampas de la planificación central.