Se espera que la demanda del mercado libre aumente más del 100% en la próxima década, según el informe de Wood Mackenzie. La apertura del mercado está creando competencia entre las empresas de servicios públicos de energía solar y la generación distribuida de energía solar que se está construyendo bajo el nuevo esquema de compensación introducido por la Ley 14.300. Sin embargo, a partir de 2028, la plena elegibilidad de los compradores residenciales para acceder al mercado libre frenará posteriormente el crecimiento de la generación distribuida.
La energía eólica terrestre y la solar encabezarán el crecimiento y sumarán 84 GW en la próxima década
“Mientras el mercado no se abra por completo a los consumidores residenciales, la generación distribuida de energía solar seguirá siendo un modelo de negocio cada vez más lucrativo, sostenido por las elevadas tarifas eléctricas”, afirmó Marina Azevedo, analista sénior de energía de Wood Mackenzie. “Pero a largo plazo, las empresas de servicios públicos de energía solar ganarán espacio para expandirse, impulsadas por el crecimiento de las baterías y las nuevas demandas, como el hidrógeno verde”.
De cara al futuro, la energía hidroeléctrica seguirá dando forma al sistema eléctrico de Brasil, mientras que se prevé que la energía eólica y solar representen el 71% del crecimiento de la nueva oferta para 2050. En particular, la generación solar distribuida se destaca con una tasa de crecimiento anual compuesta del 10% (durante la próxima década). Este escenario hace que el gas natural sea crucial para respaldar la confiabilidad del sistema, particularmente después de las horas solares, y aumenta los costos marginales promedio del sistema. Con el vencimiento de los PPA heredados, los precios unitarios de gas existentes se indexarán a los puntos de referencia del GNL, afirmó el informe.
Azevedo añadió: “El aumento de las energías renovables variables traerá consigo grandes desafíos para los operadores. El sistema eléctrico requerirá tecnologías de despacho más rápido, que puedan ponerse en funcionamiento rápidamente para proporcionar carga adicional según la demanda, según sea necesario. Uno de los principales impactos es el aumento de la volatilidad de los precios. A partir de 2030, se registrarán precios horarios superiores a 100 dólares /MWh en más del 20% del tiempo”.
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