En 2023, el mercado eléctrico europeo experimentó cambios significativos, marcando el mayor esfuerzo de descarbonización registrado en un solo año, según Rystad Energy. Esta transformación fue impulsada por una combinación única de factores: una disminución en la demanda general de energía, un resurgimiento de la energía hidroeléctrica y eólica que aporta 100 teravatios-hora (TWh) adicionales, instalaciones casi récord de energía solar fotovoltaica que alcanzaron casi 60 gigavatios CC ( GWdc), y una modesta recuperación de la energía nuclear.
Este cambio permitió una reducción sustancial de la dependencia de los combustibles fósiles: la generación de gas cayó más del 20% y la del carbón, un 25%. A pesar de estos avances, el sector energético europeo continúa operando bajo la sombra de precios de la energía relativamente altos, influenciados principalmente por el papel del gas natural licuado (GNL) como fijador marginal del precio del gas y, por extensión, de la energía.
De cara a 2024, la pregunta central es si esta tendencia de descarbonización y reducción de la dependencia de los combustibles fósiles persistirá. Un factor crítico en esta ecuación es el impacto de los altos y sostenidos precios de la energía y los elevados tipos de interés, que potencialmente podrían frenar la demanda.
La última investigación de Rystad Energy sugiere una posible ruptura en el patrón observado en los últimos dos años, proyectando un ligero aumento de la demanda de aproximadamente un 1-3%. Sin embargo, el avance más destacado para 2024 es el crecimiento de la energía solar fotovoltaica. La energía solar fotovoltaica tendrá por primera vez las mayores incorporaciones en el sector energético, convirtiéndose así en la principal fuente de descarbonización del sector energético europeo en 2024, con una incorporación prevista de 50 TWh.
La continua descarbonización del sector energético europeo depende del crecimiento futuro de la energía renovable y de las posibles importaciones de otras regiones. En la búsqueda de energía limpia y descarbonización, una tendencia clave que está surgiendo es que Europa está mirando hacia el norte de África, donde se están expandiendo grandes parques solares y eólicos, y hay planes ambiciosos que implican cables submarinos para transmitir electricidad hasta el Reino Unido.
El norte de África, que cuenta con países con las tasas de electrificación más altas del continente, seguirá experimentando un rápido crecimiento en la capacidad renovable intermitente en los próximos años. Se promociona que los interconectores suministrarán a Europa energía limpia, reduciendo significativamente la generación de energía basada en fósiles de la región y potencialmente estabilizando el sistema eléctrico.
En este panorama energético en evolución, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) están surgiendo como un componente crucial. En 2023, BESS desempeñó un papel clave en el equilibrio de la red y la mitigación de la intermitencia de las fuentes de energía renovables. Sin embargo, generar ingresos estables a partir del comercio de energía resultó ser un desafío para los operadores de BESS, lo que afectó la confianza de los inversores y la adopción de estas soluciones de almacenamiento.
Un análisis de los precios de la energía diarios de 2023 en toda Europa indicó que las condiciones para el comercio de energía BESS varían significativamente según la región. Los países de Europa del Este, como Bulgaria, Estonia y Lituania, surgieron como los mercados más rentables para el arbitraje energético. Esto resalta el potencial de BESS para optimizar las operaciones de la red y contribuir al panorama económico del sector energético, especialmente en regiones con condiciones de mercado favorables.
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