Fue hace casi un siglo y medio, en 1885, cuando Karl Benz construyó su primer automóvil con motor de gasolina. Parecía que un carro tirado por caballos pero sin caballos... Se necesitaría más de tres décadas para llegar a la forma de los vehículos de hoy en día, un diseño adaptado a la nueva tecnología de propulsión. Y, ahora, en la tercera revolución automovilística, nuevamente podría cambiar.
Según el jefe de Diseño de Mercedes-Benz, Gorden Wagener, los nuevos motores eléctricos podrían permitir dar una nueva forma, de la misma manera que ocurrió entonces con los coches de combustión convencional. "Los modelos van a cambiar de manera sustancial", ha dicho.
Y para muestra, un botón. Por un lado, su nueva marca EQ (los valores de la marca “emoción e inteligencia”), todo un ecosistema eléctrico integral de servicios, tecnologías e innovaciones, y, por otro, el Generation EQ, un SUV coupé deportivo que la compañía coloca como avanzadilla de la nueva generación de vehículos eléctricos. Con una autonomía de de 500 kilómetros, es el primer modelo que tendrá un precio competitivo con los coches de motores tradicionales similares. Y será a partir de 2019 donde desplegará su potencial con un total de 10 vehículos utilitarios deportivos, compactos y seguros, con perspectivas de acaparar el mercado en el 2025.
El trabajo de Wagener es desarrollar un vocabulario a partir del léxico de Mercedes-Benz, de su archiconocida estrella de tres puntas y su parrilla trapezoidal, pero lo suficientemente diferente como para que los compradores sientan que están anunciando sus credenciales verdes allá por donde conduzcan.
Por eso, los nuevos coches tendrán la estrella de Mercedes iluminada bajo un arco suave en el frontal, una luz que continuará por el capó, el parabrisas y el techo antes de caer bruscamente hacia la puerta trasera, donde aparecerá una barra de luz roja a través de toda la anchura del coche.
El vehículo no tendrá manijas en las puertas, ya que éstas se abrirán automáticamente cuando se hagan señas con las manos sobre un sensor. Además, en lugar de espejos laterales, habrá pequeñas pantallas en el interior del vehículo que mostrarán imágenes de las cámaras traseras. El tablero de instrumentos estará dominado por una pantalla rectangular, que daría la sensación de flotar detrás del volante, sin diales ni botones.
Cesar Mendoza Tuesta
12/10/2016