El rey Mohamed VI de Marruecos ha inaugurado la primera fase de la planta termosolar en Uarzazate (sur del país), llamada a ser la más grande en el mundo y que arrancará con una potencia inicial de 160 megavatios.
La inauguración, ha contado con la asistencia del ministro español en funciones de Exteriores, José Manuel García Margallo, y la ministra francesa de Ecología y Desarrollo Sostenible, Segolène Royale, supondrá el evento económico más relevante en el año en Marruecos, país donde en noviembre se celebrará la próxima cumbre climática.
Esta primera fase llamada Noor 1 constará de 500.000 espejos curvados alineados en 800 filas sobre una superficie de 450 hectáreas, que producirán energía suficiente para alimentar 700.000 hogares marroquíes, aunque se desconoce por el momento cuál será su uso.
Noor 1 ha sido construida por un consorcio encabezado por la saudí Acwa Power, y toda la parte técnica ha sido ejecutada por empresas españolas, con Acciona, Sener y TSK.
La construcción de la planta ha supuesto una pequeña revolución en Uarzazate, una pequeña ciudad situada entre el Gran Atlas y el Anti Atlas, al atraer durante tres años a centenares de técnicos internacionales, sobre todo españoles, que ha animado incluso a compañías aéreas a abrir líneas regulares entre Madrid y Uarzazate mientras dura el proyecto.
Esta primera fase forma parte de un megaproyecto compuesto por una segunda y tercera fase que producirán 200 y 150 megawatios, respectivamente, y que fueron ganadas en enero de 2015 por un consorcio encabezado de nuevo por la saudí Acwa Power, acompañada esta vez por la española Sener, con un proyecto valorado en 1.800 millones de euros.
El megaproyecto solar de Uarzazate tiene como objetivo final alcanzar una capacidad de 2.000 megavatios en 2020 con una inversión total de 9.000 millones de dólares (unos 8.100 millones de euros), a través de proyectos que estarán repartidos entre Uarzazate, Midelt (centro) y también en el Sáhara Occidental (El Aaiún y Bujador).
Marruecos tiene un ambicioso plan de energías renovables con el que aspira a proveerse en un 52 % del total de su consumo en energías limpias en el horizonte de 2030.
Para alcanzar este objetivo, el país magrebí deberá desarrollar entre 2016 y 2030 una capacidad adicional de 10.100 megavatios generados a partir de energías renovables y repartidos en 4.560 megavatios de energía solar, 4.200 megavatios de energía eólica y 1.330 megavatios hidroeléctricos.
El plan busca así reducir la extrema dependencia energética del país magrebí, actualmente cercana al 94 % del total al ser Marruecos un importador absoluto de productos petroleros.
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