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Mohammed Barkindo, nuevo jefe en la OPEP, ¿comienza una era post-petróleo?

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Desde hace una década los designios de la política energética mundial se han concentrado en las manos del libio Abdalla Salem El-Badri, pero después de tres años de búsqueda incansable sin llegar a un consenso para su reemplazo, por fin, en menos de dos días, la OPEP no ha tenido dudas, el nigeriano Mohammed Barkindo tomará las riendas. ¿Estamos ante una era post-OPEP?

El nombramiento se produce en un momento crítico para el cartel más poderoso del petróleo. Las divisiones internas entre sus 13 países miembros (ahora 14 con Gabón) sobre cómo hacer frente a la caída de los precios mundiales del petróleo, la desaceleración de las economías china y europea, la dura competencia del shale oil estadounidense, el fuerte desarrollo de las renovables, que se perfilan como un aguerrido contrincante, y los acuerdos para la lucha contra el cambio climático de la COP21, no ayudan demasiado a tranquilizar las aguas.

Pero vayamos por partes. La convulsión interna a la falta de acuerdo en la estrategia a seguir en la producción de petróleo se debe a que cada país miembro está experimentando consecuencias diferentes en sus economías. Por ejemplo, Venezuela, víctima del colapso de los bajos precios, apuesta por reducir su producción de petróleo para disminuir la oferta y así elevar la cotización del crudo, mientras que otros como Arabia Saudí quieren dejar que las fuerzas del mercado funcionen sobre todo por su cuenta.

Luego está la lucha encarnizada por acabar con el petróleo esquisto de EEUU. Este país, que mantiene su producción tras el “boom del shale”, está sufriendo el exceso de crudo que circula por todo el mundo. Según la Administración de Información de Energía norteamericana, EEUU se convirtió en 2015 en el principal productor mundial de hidrocarburos (desplazando a Arabia Saudí) porque el fracking se está consolidando en los campos petroleros de Dakota del Norte, Pensilvania y Texas, entre otros estados. De hecho, la primera potencia tiene capacidad para seguir aumentando su producción de hidrocarburos aunque un precio entre los 30 y 40 dólares no le está ayudando nada. Aún así, **los analistas coinciden en que **el shale oil sobrevivirá pero solo de las empresas que tengan mayor respaldo y liquidez para afrontar las deudas.

La desaceleración económica de las grandes potencias, como China y Europa, es otro ingrediente para este amargo plato. En el caso del país asiático, la burbuja de la construcción y un cambio de política para que la economía crezca impulsada por el consumo interno están provocando un quebranto de dimensiones mundiales.

Y por último, el empuje de las renovables y la lucha contra el cambio climático. El viraje hacia una mentalidad por un mundo más sostenible es cada vez mayor. Según REN212015 fue un año récord para las instalaciones de energía limpia. La potencia instalada experimentó su máximo crecimiento, 147 gigavatios (GW). Por el momento, va camino de hacerse con el liderazgo de los mercados eléctricos, pero nadie duda de que su objetivo es extenderse a todo el sector energético.

Pero ¿por qué un nigeriano?

Mohammed Sanusi Barkindo comenzó su carrera como miembro de la delegación de Nigeria a la OPEP en 1986, y fue representante nacional entre 1993 y 2008. A lo largo de estos años ha ocupado los puestos más altos de las petroleras nigerianas, como Nigerian Liquefied Natural Gas (NLNG), Nigerian National Petroleum CorporationDuke Oil IncNAPOIL Inc.

Un delegado de la OPEP ha dicho que se ha elegido a un candidato de Nigeria porque es la mejor opción para llegar a un consenso entre los países miembros, ya que Irán no aprobaría un candidato de Arabia Saudí al igual que Arabia Saudí no apoyaría a uno propuesto por Irán. Ambos países son rivales regionales a la hora de hacerse con el poder en Oriente Medio. Sus desavenencias sobre la guerra civil en Siria o los conflictos violentos en Yemen han tensionado aún más sus relaciones.

Por eso, algunos expertos sospechan que los países árabes han buscado un perfil dúctil que no desequilibre la balanza.

El próximo reto de la OPEP está en llegar a acuerdos entre los propios países miembros para limitar o no la producción, especialmente con Irán, y a su vez, con los no socios como Rusia y Bahrein, aunque no pinta que este nombramiento vaya a cambiar mucho las cosas.

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