El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) inició este martes su segunda misión de inspección del vertido del agua contaminada y tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima.
La delegación del OIEA, encabezada por el director de la Oficina de Coordinación de la Seguridad Tecnológica y Física del organismo, Gustavo Caruso, mantuvo reuniones con responsables del Ejecutivo nipón y de la operadora de la planta, Tokyo Electric Power Company (TEPCO).
El miércoles, el equipo se desplazará a las instalaciones de Fukushima Daiichi para analizar in situ el proceso de depurado del agua contaminada que se acumula en la planta antes de verterla en el Pacífico frente a la central.
El agua de Fukushima
Al inicio de su reunión este martes con altos funcionarios del ministerio nipón de Exteriores, Caruso destacó que el proceso emprendido por Japón bajo supervisión del OIEA "es un enfoque independiente, objetivo y basado en la ciencia que ayudará a construir la confianza de la población de Japón y del exterior".
Desde agosto del año pasado, TEPCO está vertiendo al Pacífico más de 1,32 millones de toneladas de agua contaminada de radioisótopos, tras ser procesada para retirarle la mayoría de esos materiales altamente radiactivos y diluida en agua marina, un proceso que se prolongará varias décadas.
El Gobierno japonés, la operadora de la planta y el regulador nuclear nipón se decantaron por el vertido al océano como la mejor vía para solucionar el problema del almacenamiento limitado para el líquido dentro de las instalaciones nucleares, y tras descartar otras alternativas por su complejidad técnica o su mayor coste.
La descarga ha generado críticas de países vecinos, sobre todo de China, pese a que el OIEA dio su visto bueno al plan nipón tras concluir que este se ajusta a los estándares de seguridad del sector, y que los vertidos "graduales y controlados" tendrán un impacto radiológico "insignificante" en personas y medioambiente.
TEPCO ha llevado a cabo hasta el momento cuatro tandas de descarga del agua procesada, y en todos los casos el OIEA ha corroborado que las concentraciones de tritio, el principal elemento radiactivo restante a la hora de ser vertido, permanecen por debajo de los niveles declarados seguros por las autoridades niponas.
Además de los análisis efectuados por una oficina permanente del OIEA en la central de Fukushima, la quinta tanda del vertido que comenzará esta misma semana será también objeto de análisis tanto por parte del organismo internacional como por laboratorios de distintos países, China entre ellos.
El OIEA viene supervisando todo el proceso de desmantelamiento de la central de Fukushima así como los preparativos para el vertido, y el pasado febrero envió a Japón su primera misión desde que comenzó la descarga de agua al Pacífico, una delegación que estuvo encabezada también por Caruso.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios