A pesar de la aceleración de la transición energética, el petróleo y el gas seguirán siendo fundamentales en la combinación energética mundial en un futuro previsible, ya que las principales fuentes de hidrocarburos siguen satisfaciendo la demanda mundial de energía primaria, que se prevé que supere los 650 exajulios (EJ) en los próximos años. Rystad Energy estima que, para 2030, más del 75% de la demanda total se cubrirá con combustibles fósiles, con el consiguiente aumento de las emisiones.
Una parte importante de estas emisiones procederá de las actividades previas, en particular la extracción de hidrocarburos y la quema de gas. Aproximadamente tres cuartas partes de estas emisiones estarán relacionadas con el proceso de extracción de hidrocarburos, mientras que la cuarta parte restante procederá de la quema de gas. Se prevé que en los próximos años estas emisiones supondrán unos 1.100 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono equivalente (CO2e).
Esto subraya la importancia continua de los hidrocarburos, al tiempo que pone de relieve la necesidad de que las empresas de petróleo y gas construyan carteras sostenibles y reduzcan sus emisiones de Alcance 1 y Alcance 2 para cumplir los objetivos a medio y largo plazo. A medida que las organizaciones de exploración y producción trabajan para transformarse en actores energéticos integrados y descarbonizar sus operaciones, es crucial no sólo alcanzar los objetivos de transición, sino también minimizar la huella de carbono de las actividades de exploración y producción, ya que la extracción de estos recursos representa más de 800 millones de toneladas de CO2e cada año.
Cuencas energéticas premium
A medida que los inversores y los gobiernos intensifican su atención a los objetivos de reducción del carbono, la identificación de cuencas que puedan ayudar a reducir el impacto global de las emisiones es cada vez más importante. Las cuencas energéticas premium (PEB) -término acuñado por Rystad Energy- son especialmente valiosas porque son ricas en reservas de hidrocarburos y ofrecen potencial para integrar fuentes de energía bajas en carbono. Como tales, constituyen una plataforma ideal para afrontar los retos de las emisiones al combinar volúmenes sustanciales de hidrocarburos con oportunidades para incorporar soluciones de bajas emisiones de carbono con el fin de reducir las emisiones totales.
“Unas pocas cuencas tienen el potencial para que los actores del upstream se descarbonicen sin dejar de satisfacer la demanda de petróleo y gas. Sin embargo, la carrera hacia la descarbonización depende de tres factores cruciales: acelerar la inversión, superar los retos geográficos y modificar las infraestructuras existentes. Estos cambios son esenciales para liberar todo el potencial de estas cuencas y para que los actores del upstream alcancen sus objetivos de descarbonización”, dice Palzor Shenga, vicepresidente de Investigación Upstream de Rystad Energy
Oriol Pena Perez
04/09/2024