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Próximo capítulo de la crisis del petróleo: un tercio de la producción mundial podría cerrar sus pozos en los próximos meses

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Los precios negativos del petróleo, los tanques que navegan en el mar al máximo de carga y unos productores creativos para buscar dónde guardar el crudo son los protagonistas de una película que podría clasificarse dentro del género de terror. Pero ahora comienza un nuevo capítulo, que es inevitable: el de una gran parte de la industria petrolera que está a punto de comenzar a echar el cierre a sus negocios, según cuenta Bloomberg.

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El impacto económico del coronavirus ha arrasado la industria petrolera en fases dramáticas. Primero, destruyó la demanda cuando el confinamiento obligó a cerrar fábricas y dejar a los transportistas en casa. Luego, los almacenes de crudo comenzaron a llenarse y los productores recurrieron a petroleros oceánicos para almacenarlo con la esperanza de conseguir mejores precios más adelante.

Pero como todos estaban haciendo lo mismo, lo que realmente ha subido y a niveles estratosféricos son los precios de almacenamiento, y seguirán haciéndolo a medida que la industria se quede sin camiones cisterna. Una clara señal de cuán distorsionado se ha vuelto el mercado.

Tal y como está el panorama, no queda otra, aparece el espectro de los cierres de producción, con el consiguiente impacto en los empleos, las empresas, los bancos y las economías locales. Para evitarlo, los líderes mundiales quisieron unir fuerzas reduciendo la producción de manera ordenada. Sin embargo, la escala de la crisis hizo inservibles sus esfuerzos, y los precios se derrumbaron por debajo de cero la semana pasada. Así que no hay otra, los cierres son ahora una realidad. Es el peor de los casos para productores y refinerías.

"Nos estamos moviendo hacia el final del juego", dijo Torbjorn Tornqvist, jefe del gigante de transporte y depósito de productos petrolíferos Gunvor Group Ltd., en una entrevista, "desde principios hasta mediados de mayo podría ser el pico, por lo que estamos a semanas, no meses, de distancia".

En teoría, los primeros recortes en la producción de petróleo debieron provenir de la alianza OPEP +, que a principios de este mes acordó reducir la producción a partir del 1 de mayo. Sin embargo, la caída catastrófica de los precios del West Texas el lunes afectó sobre todo a la industria del esquisto de Estados Unidos.

El mejor indicador de cómo está reaccionando la industria estadounidense es la rápida caída en el número de plataformas petroleras en operación, que la semana pasada alcanzó el mínimo de hace cuatro años. Antes de que llegara la crisis del coronavirus, las compañías petroleras administraban alrededor de 650 plataformas en EEUU. Para el viernes pasado, más del 40% de ellas habían dejado de funcionar, y solo quedaban 378.

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"El lunes realmente sirvió para que todo el sector se enfocara en que la producción necesitaba disminuirse", explicó Ben Luckock, codirector del comerciante de productos petrolíferos Trafigura Group, "fue el golpe en la cara que el mercado necesitaba para darse cuenta de que esto es serio".

Trafigura, uno de los mayores exportadores de crudo estadounidense del Golfo de México, cree que la producción en Texas, Nuevo México, Dakota del Norte y otros estados ahora caerá mucho más rápido de lo esperado a medida que las empresas reaccionen a los precios negativos.

Hasta que los precios colapsaron el lunes, el consenso era que la producción en diciembre caería en aproximadamente 1,5 millones de barriles por día. Ahora los observadores del mercado ven esa pérdida a fines de junio. "Es probable que la gravedad de la presión de los precios actúe como un catalizador para la reducción inmediata de la actividad y los cierres", dijo Roger Diwan, analista de petróleo de la consultora IHS Markit Ltd.

El shock de precios ha sido particularmente intenso en el mercado físico: los productores de crudo como South Texas Sour y Eastern Kansas Common tuvieron que pagar más de 50 dólares por barril para descargar su producción la semana pasada.

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Mientras tanto, ConocoPhillips y el productor de esquisto Continental Resources Inc. han anunciado planes para cerrar la producción. Los reguladores en Oklahoma votaron para permitir que los perforadores de petróleo cerraran sus pozos sin perder el alquiler del terreno y Nuevo México tomó una decisión similar.

Dakota del Norte, que durante años fue sinónimo de la revolución del esquisto de EEUU, también está siendo testigo de una rápida reducción de los pozos activos. Los productores de petróleo ya han cerrado más de 6.000 pozos, una bajada de aproximadamente 405.000 barriles por día en producción, o alrededor del 30% del total de lo que se producía en el estado.

Pero los recortes de producción no se limitarán a EEUU. Desde Chad, un país pobre y sin litoral en África, hasta Vietnam y Brasil, también se está reduciendo la producción o haciendo planes para hacerlo.

"No me gustaría ser sensacionalista, pero sí, claramente debe haber un riesgo de cierres", detalló en una entrevista Mitch Flegg, jefe de la compañía petrolera del Mar del Norte, Serica Energy, "en ciertas partes del mundo es un riesgo real y presente".

En las reuniones de emergencia de la semana pasada que convocaron las juntas de compañías petroleras pequeñas y grandes, se habló sobre una perspectiva que es la más sombría que haya visto ningún ejecutivo petrolero en su vida. Para las pequeñas empresas, su objetivo en las próximas semanas es la de tratar de mantenerse a flote. Pero incluso para las más grandes, como Exxon Mobil Corp. y BP Plc, esta situación se presenta como un auténtico desafío. Las 'Big Oil' ofrecerán una idea de la crisis cuando las compañías presenten sus cuentas de resultados en esta semana.

Arabia Saudí, Rusia y el resto de la alianza OPEP + volverán a recortar su producción este próximo viernes, reduciendo su producción en más del 20%, o 9,7 millones de barriles por día. Saudi Aramco, la empresa estatal, ya lo está haciendo para alcanzar el objetivo. Y las compañías petroleras rusas han anunciado que las exportaciones de su crudo insignia Urales caerían a un mínimo de 10 años en mayo.

Aun así, puede que no sea suficiente. Cada semana, se almacenan 50 millones de barriles de crudo, suficiente para abastecer las necesidades energéticas de Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido juntos. A ese ritmo, en junio el mundo se quedará sin poder almacenar lo que se esté produciendo hasta entonces. Lo que no se almacena en tierra, se guarda en camiones cisterna, y el resto en petroleros. La Guardia Costera de EEUU ha dicho que hay tantos petroleros anclados frente a California que se habían puesto en alerta para controlar la situación.

Antes de que llegara la crisis, el mundo consumía alrededor de 100 millones de barriles por día. Sin embargo, la demanda actual oscila entre 65 y 70 millones de barriles. Por eso, en el peor de los casos, cerca de un tercio de la producción global podría cerrar sus pozos.

Pero también puede ser que la realidad sea menos severa ya que el almacenamiento continuará cerrando la brecha entre la oferta y la demanda. Además, los comerciantes de petróleo dicen que el consumo probablemente ha tocado fondo y comenzará una recuperación muy suave.

Refinerías cerradas

Pero antes de que eso suceda, el gran cierre también se extenderá a través de la refinería de petróleo. Durante la semana pasada, Marathon Petroleum Corp., una de las mayores refinerías de EEUU, anunció que detendría la producción en una planta cerca de San Francisco. Royal Dutch Shell Plc ha dejado inactivas varias unidades en tres refinerías estadounidenses en Alabama y Louisiana. Y en Europa y Asia, muchas refinerías funcionan a la mitad. Las plantas de EEUU procesaron solo 12,45 millones de barriles por día durante la semana del 17 de abril, la cantidad más baja en al menos 30 años, excepto por los cierres ocasionados con la amenaza de huracanes.

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Esto es solo el principio. Cada día se anuncian más cierres de refinerías, según los comerciantes y los consultores de petróleo, particularmente en EEUU donde los cierres comenzaron más tarde que en Europa y la demanda todavía se está contrayendo. Steve Sawyer, director de refinerías de Facts Global Energy, aseguró que las refinerías de todo el mundo podrían detener hasta un 25% de la capacidad total en mayo. "Nadie podrá esquivar esta bala", concluyó.

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