El PSOE y Ciudadanos han llegado a un principio de acuerdo de investidura. Dentro de ese pacto se han acordado diversas medidas fiscales en las que está previsto que los que menos ganan paguen menos impuestos.
Una de esas medidas es eliminar el actual impuesto de matriculaciones y convertirlo en una tasa de emisiones. Quien contamina, paga. Según las emisiones del coche, se pagará más o menos en ese impuesto.
El objetivo de esta medida no es otra que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Ambas formaciones creen que con este nuevo impuesto se impulsará el coche eléctrico en España en los próximos años.
Además, se penalizaría a los vehículos que más contaminan. En este caso, los coches de diésel y de gasolina súper serían los más perjudicados, mientras que el eléctrico se vería beneficiado, al igual que otros vehículos como los híbridos, u otros combustibles alternativos como el gas vehicular, el autogas, o los biocombustibles. Todos ellos contaminan menos que los combustibles tradicionales.
Este impuesto a la contaminación del transporte está dentro de los programas energéticos de ambos partidos. Lo que no se esperaba es que fuera sustitutivo al actual de matriculaciones.
Además, tanto PSOE como Ciudadanos poseen un programa energético muy parecido en el que tienen en común iniciar la transición energética hacia un modelo energético basado en renovables, apostar por la eficiencia energética, sobre todo a través de la rehabilitación de edificios y un plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2030.
Algunas de estas medidas podrían estar en el pacto que ambas formaciones elevarán ahora a sus directivas para su aprobación.
Miguel
24/02/2016