Reducir el número de coches, acelerar el fin de los vehículos de combustión, dar más protagonismo al peatón, la bicicleta, el transporte público y el teletrabajo permitirían recuperar los buenos valores de la calidad del aire que se disfrutaron durante el periodo más duro del confinamiento obligado, hace un año para frenar el avance del coronavirus, según un estudio que publica este miércoles Transport & Environment, organización de la que forma parte Ecologistas en Acción.
El informe asegura que con estas medidas se podría recuperar una buena calidad del aire sin tener que paralizar de nuevo la actividad económica y asegura que esta "transición ya está en marcha" en muchas ciudades europeas, donde ha comenzado a rediseñarse el espacio para priorizar la movilidad activa.
En el informe T&E y Ecologistas en Acción piden a los ayuntamientos que aprovechen los fondos de recuperación para transformar sus ciudades y hacerlo posible.
En concreto, recuerdan que el confinamiento domiciliario de la primavera de 2020 provocó una reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por NO2 en las principales ciudades españolas, cuantificada en un 58 por ciento menor a la habitual para esas fechas.
Con motivo del aniversario de esta medida profiláctica contra la dispersión del virus, el estudio ha realizado modelos para mostrar las medidas "mínimas necesarias" para reducir la contaminación a niveles similares a los del confinamiento en Budapest, Bruselas, Berlín, Londres, Madrid y París.
En concreto, los modelos señalan que en el caso de Madrid, el aire estuvo "tan limpio como en la Sierra de Guadarrama" durante el primer estado de alarma, y el informe se podría conseguir un aire igual de saludable y respirable si se acometen "cambios profundos" en el modelo de movilidad de la ciudad.
El informe evalúa distintos escenarios posibles para alcanzar este objetivo. Por ejemplo, con una combinación de un cambio modal de al menos el 10 por ciento de los viajes realizados en coche, por viajes caminando, en bici y en transporte público, unida a una sustitución del 94 por ciento de los kilómetros realizados actualmente en cualquier tipo de vehículo de combustión interna, por viajes en vehículos 0 emisiones. Esto incluye no solo a los vehículos ligeros, sino también a autobuses, furgonetas y otros vehículos pesados que circulan por la ciudad.
Otro de los modelos señala que el objetivo también se podría alcanzar con otras combinaciones de cambio modal hacia la movilidad activa y sustitución de vehículos de combustión interna, que además tendrían mayores beneficios en términos de salud y calidad de vida.
Aunque el estudio reconoce que las medidas a acometer pueden ser "ambiciosas", asegura que sus propuestas son "viables" y Ecologistas en Acción considera que "este es el momento" de hacer los cambios necesarios y aplicar el Programa de Apoyo al Transporte Sostenible y Digital recientemente lanzado por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
A su juicio, este programa, que recibirá fondos de recuperación de los planes europeos, debería orientarse a realizar los cambios necesarios para reducir el uso del coche, implantar zonas de bajas emisiones y rediseñar el espacio urbano para priorizar los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público, e incluso reducir las necesidades de desplazamiento.
Para la coordinadora de Transporte de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, defiende los ayuntamientos tienen "la oportunidad de hacer los cambios necesarios en los próximos años empleando adecuadamente los fondos de recuperación". "No hay excusas para no transformar las ciudades para las personas, poner en marcha zonas de bajas emisiones, mejorar el transporte público y abandonar los vehículos de combustión interna", concluye.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios