No se trata de hacer leña del árbol caído, a pesar de toda tentación inicial. Pero tampoco se puede decir que este final no fuera el deseado por los muchos que tenían una botella de cava en la nevera, esperando su momento. ¿Cómo es posible que éste, nuestro país, tenga que asistir a éste tipo de situaciones tan a menudo?
La condición humana puede explicar sin duda el comportamiento de muchos de los casos a los que los medios nos tienen acostumbrados y que en los últimos tiempos se han multiplicado hasta límites inimaginables. La filtración de los papeles de Panamá ha golpeado a un amplio espectro de nombres ilustres y aun no hemos visto el fondo del recipiente de toda esta porquería.
Sin duda, el periodo que le ha tocado vivir al ya exministro Soria no ha sido fácil. Heredado del periodo anterior, exministro Sebastián, tuvo que hacer frente, en primer lugar, al conjunto de medidas que permitieron ponerle fin al incremento del déficit tarifario. Y lo hizo con más ganas que acierto, si bien es cierto que los condicionantes macroeconómicos derivados de la situación del default no reconocido del sistema financiero español tuvieron un papel relevante.
Los 30.000 millones de déficit del sistema eléctrico del Estado español fueron la excusa para incrementar la fiscalidad a toda la generación eléctrica, para reducir las primas a las energías renovables y a reducir los costes regulados entre ellos la retribución al transporte (afectando básicamente a los ingresos de Red Eléctrica de España) y a la actividad de la distribución (en manos de las 5 empresas integradas en la patronal UNESA y de más de un centenar de más pequeñas).
Solventado este problema, al menos sobre el papel, el exministro se encontró con otros dolores de cabeza: el cierre de la central electronuclear de Garoña, tema que sigue culebreando aun después de su reciente dimisión; las autorizaciones a las prospecciones petrolíferas en las aguas próximas a su archipiélago, lo que confirma que nadie es profeta en su tierra (y que por cierto Repsol ha dado recientemente por finalizadas, sin éxito) y el ATC de Villar de Cañas, que aun está bajo la escrutadora mirada de su idoneidad geológica.
Pero sin duda su Marsterpiece ha sido el RD sobre el autoabastecimiento. Aquí, cirios y troyanos le han dicho al ex ministro de todo menos guapo. Hasta los consultores contratados por su ministerio han estado sometidos a presión para conocer en sede judicial si sus propuestas fueron de alguna manera sugeridas por la parte contratante.
Todos los partidos de la oposición al actual gobierno provisional han prometido eliminar el llamado impuesto al sol, si su opción deviene gobierno. ¡Pobre exministro! ¡Qué mal tratamiento ha dejado para los anales históricos! Pero es lo que tiene el poder: se debe decidir qué camino tomar ante una encrucijada y tratar de no equivocarse siempre.
El exministro sale por una ventana en un momento en que el gobierno en funciones asiste a un conjunto de situaciones de corrupción sin precedentes. Ello no parece bueno para el buen ejercicio de la democracia.
Pero de todas las acciones de este exministro y por ende del gobierno al que hasta ahora ha pertenecido ha sido la creación de la CNMC, ente que de forma inédita en Europa, agrupa a todos los entes reguladores llamados independientes. ¿Cómo puede aceptarse por otras razones que no sean puramente de poder recentralizador que diversos entes reguladores técnicos que requieren conocimiento experto se agrupen y ejerzan su papel, sin profesionales de reconocido prestigio al frente de los mismos?
El exministro Soria es responsable de lo actuado en su ministerio, sí, sin duda, pero también copartícipe de la pérdida de credibilidad del funcionamiento de los organismos que deberían otorgar credibilidad al control de los mercados y de los sectores con afectación sobre los servicios públicos. Y así nos va!
Jordi Dolader es socio de MRC Consultants & Transaction Advisers y presidente del Consejo Editorial del Periódico de la Energía.
Conrad
16/04/2016