Repsol presentará este jueves, día 15 de octubre, su Plan Estratégico 2016-2020, que marcará la hoja de ruta de la petrolera para los próximos cinco años con la que hacer frente a un contexto en el sector marcado por la dificultad por los bajos precios del petróleo.
El nuevo plan de la petrolera, el primero con Josu Jon Imaz al frente una vez convertido en consejero delegado y tras asumir las funciones ejecutivas, será la referencia para una compañía que se ha sobrepuesto a la expropiación de YPF y que pasó página a su crisis con Argentina con la compra de la canadiense Talisman Energy por más de 7.500 millones de euros, en una de las mayores adquisiciones por parte de una empresa española en el extranjero de los últimos años.
Repsol logró cerrar a finales del año pasado la compra de Talisman a un precio inferior al inicialmente previsto gracias al abaratamiento del crudo, si bien es cierto que el barril ha seguido cotizando a la baja, hasta tocar los 46 dólares a comienzos de año, y con unas previsiones que apuntan a medio plazo a un entorno de precios bajos.
Con la adquisición de la canadiense, Repsol ya anunció que llevaría a cabo desinversiones en activos no estratégicos por 1.000 millones de dólares (unos 890 millones de euros), una cifra que la petrolera ha superado holgadamente con las ventas que ha cerrado en las últimas semanas.
Y es que el grupo presidido por Antonio Brufau no ha esperado a la presentación de su plan estratégico para acelerar estas desinversiones y desprenderse de parte de su negocio de gas canalizado, vendido a Gas Natural Fenosa y Redexis por 652 millones de euros, así como de su participación del 10% en CLH, colocada por 325 millones de euros, y de unos bloques explotarios en Canadá, operaciones que le han reportado más de 1.000 millones de euros.
Además, Repsol acometerá en los próximos años una reducción en su plantilla en unos 1.500 empleados, aproximadamente el 6% de su tamaño actual, con el fin de adaptar su fuerza laboral a los retos del plan estratégico. Desinversiones Estas medidas han dado un respiro a Repsol en Bolsa, donde ha amortiguado algo el castigo que llevaba recibiendo a lo largo del año y se ha estabilizado por encima de los 12 euros por acción, aunque los analistas apuestan por que la petrolera incida en las desinversiones en activos no estratégicos, a pesar de haber superado ese compromiso de 1.000 millones de dólares.
"El nuevo plan contemplará nuevas desinversiones en activos no estratégicos. La situación actual y futura del petróleo ha obligado a las compañías del sector a llevar a cabo desinversiones y ajustes de personal. El caso de Repsol no es distinto, y si el último plan de negocio abogaba por centrarse en sus activos más relevantes y aumentar su producción, el nuevo plan puede ir de la mano de un adelgazamiento para conseguir una mayor eficiencia que se adapte a los nuevos márgenes del petróleo”, señaló a Europa Press el analista de XTB Jaime Díez.
La caída del crudo ha planteado así un nuevo escenario para las empresas del sector, del que Repsol no es ajena después de arrojar unas pérdidas de 238 millones de euros en el área de exploración y producción en el primer semestre. Estas pérdidas se han visto compensadas por los elevados márgenes del refino, aunque esta coyuntura no parece que será sostenible en el largo plazo y tenderá a unos niveles más contenidos de los márgenes.
Esta caída en los precios del crudo, unido a la reciente confirmación del rating (BBB-) por parte de Standard & Poor's, pero bajando su perspectiva de 'estable' a 'negativa', hace que sea posible que Repsol aumente este paquete de desinversiones, ya que “en estos momentos uno de los objetivos prioritarios es agradar a las agencias de calificación”, indicó el analista de Self Bank Felipe López-Gálvez.
Bien es cierto que la adquisición de Talisman ha dado al grupo el músculo necesario para aguantar a este entorno contrario, aportándole un importante aumento en la producción y la cantidad y calidad de sus activos, lo que le ha permitido iniciar un programa de optimización de su cartera.
Por ello, Repsol debe aclarar su hoja de ruta respecto a temas como la racionalización de su cartera de yacimientos; una reducción de 'capex', especialmente en el área de exploración y producción, y de costes; y la política de dividendos, para proteger a su rating de la espada de Damocles de las agencias de calificación.
En el tema del dividendo, la petrolera ya ha mostrado su intención de mantener su actual política, fijada en el pago de un euro por título y en scrip, una medida bien vista por los analistas, ya que con el 'dividendo flexible', gracias a que la mayoría de accionistas suelen optar por recibir títulos, “no supone salida real de caja”, afirmó López-Gálvez a Europa Press.
Gas natural
Lo que sí que parece casi descartado, tanto por la compañía como por los analistas, es una posible venta, total o parcial, de su participación del 30% en Gas Natural, al menos en el corto plazo. “Si Repsol desea reducir su participación en Gas Natural seguramente sea mediante una colocación acelerada y no del 30%. De cualquier manera, en el caso de realizarse será a precios más ventajosos, por lo que no esperamos que durante 2015 se realice ningún tipo de movimiento definitivo en este sentido”, indica Díez.
Además, cualquier decisión de disminuir su presencia en Gas Natural por parte de Repsol sería “difícil, ya que aporta una vía de diversificación del negocio tradicional del crudo, además de pagarle de manera periódica unos dividendos estables”, subraya, por su parte, el analista de Self Bank.
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