Movilidad

Ribera cree que la caída en ventas de coches diésel es "una señal" para un proceso de "adaptación rápido"

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La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha afirmado que la caída de ventas en los coches diésel que se viene registrando en los últimos meses "es una señal que debe interpretarse correctamente para facilitar un proceso de adaptación rápido".

En declaraciones a la prensa tras participar en un desayuno informativo organizado por la Fundación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ribera indicó que esta caída en las ventas de turismos diésel, que en noviembre se disparó al 40%, se viene observando "de manera constante" desde 2012 y que en este año ha empezado a "precipitar muchas cosas dentro y fuera" motivadas por los anuncios de países y ciudades, así como de la Comisión Europea, de restricciones al diésel.

"Es una señal que debe interpretarse correctamente para facilitar un proceso de adaptación rápido, pero no lo sacaría de contexto más allá", dijo al respecto.

Respecto a la reunión de mañana del Gobierno con el sector del automóvil, Ribera afirmó que el objetivo es "tener una conversación general sobre cómo orientar todo el proceso de cambio y acompañamiento" ante la propuesta del Ejecutivo de fijar el año 2040 como el final para las matriculaciones de vehículos ligeros que no sean cero emisiones.

La titular de Transición Ecológica, que este miércoles se sentará junto a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, con representantes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), después de que las dos organizaciones no acudieran a la reunión convocada el pasado 16 de noviembre, destacó que prevé un debate "estratégico a fondo" para perfilar las líneas maestras del "ejercicio de corresponsabilidad entre administraciones e industria".

En su participación en el foro, Ribera insistió en señalar 2040 como el año de referencia para la prohibición de las matriculaciones de coches diésel, gasolina e híbridos, ya que "nos hemos comprometido" con cumplir con los acuerdos de descarbonización de París.

"Lo mejor es hacer las cosas de común acuerdo, y eso requerirá cambios importantes desde todos los puntos de vista y desde la reordenación de los espacios y las infraestructuras", dijo.

La ministra, que afirmó que ahora mismo la opción "más madura" para ese cambio es el coche eléctrico, aunque subrayó que en el futuro "puede haber otras opciones", recalcó que el sector del automóvil es "fundamental" para la economía del país, por lo que recordó que una transición supone "ponerse de acuerdo en dónde se quiere llegar y luego ponerse de acuerdo en las herramientas que acompañen ese proceso de cambio".

Un cambio en la demanda

Además, señaló que ve "con preocupación" la caída de las exportaciones en los vehículos producidos en España, donde los centros de decisión de los fabricantes no están en el país y "la demanda tampoco".

"Si en septiembre, con un reglamento aprobado que permitía una medición de los coches diésel intermedia para facilitar ese cambio, caen las exportaciones es porque está cambiando la demanda del tipo de vehículo que se pide", añadió al respecto.

Así, consideró que "lo fundamental" es acompañar a la industria principal y auxiliar del automóvil para que en ese "tiempo razonable" de más de 20 años sean capaces de identificar "cuáles son las mejores estrategias".

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