La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se reunirá este lunes en Zaragoza con el presidente de Aragón, Javier Lambán, en un momento de creciente incertidumbre por el futuro de Andorra y su comarca ante el anunciado cierre de la central térmica y críticas al plan presentado por Endesa para mitigar sus efectos.
Una visita que se esperaba más en Andorra, para que la ministra pudiera percibir de primera mano las consecuencias que tendrá el cierre de la térmica, previsto para junio de 2020, si no se acompaña de un plan de reindustrialización alternativo que garantice una transición justa.
Será finalmente a Zaragoza, ya que además del cierre de la térmica, Ribera y Lambán tratarán sobre otros asuntos y proyectos pendientes en Aragón, entre ellos, la segunda fase de elevación de aguas del Ebro a Andorra que el Gobierno se comprometió a ejecutar lo antes posible, como anunció a mediados de noviembre en la capital aragonesa la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet.
Así, en una primera parte del encuentro, a la que se unirá el titular de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, Lambán y Ribera abordarán el centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y las actuaciones del Gobierno central o la descontaminación de suelos afectados por lindano.
También tratarán acerca del programa Ebro 2030, una agenda basada en la innovación y la sostenibilidad que se ha marcado el Ejecutivo aragonés para cumplir con los objetivos de desarrollo diseñados por Naciones Unidas para ese año.
La situación de las cuencas mineras centrará la segunda parte de la reunión, a la que también asistirán la titular de Economía, Marta Gastón, los alcaldes de Andorra y Ariño, Sofía Ciércoles y Joaquín Noé, además de representantes de las organizaciones empresariales y sindicales.
Será entonces cuando Lambán trasladará a la ministra el malestar y preocupación que han generado en Aragón el anuncio del cierre de la térmica y el borrador del plan de acompañamiento presentado el pasado día 12 por Endesa.
Según aseguró el consejero delegado de la compañía, José Bogas, se trata de un plan que está "abierto" y que se presentará al Gobierno de España esta semana junto a la solicitud de cierre.
En todo caso, Bogas mostró el compromiso de la compañía de plantear soluciones "viables y sostenibles", mirando al futuro, y anunció que se harán "inversiones importantes", aunque sin concretar ninguna de ellas más allá de las ya anunciadas, como el mantenimiento de los empleos directos de la central o la inversión en energías renovables.
Sin embargo, el Gobierno de Aragón tachó la propuesta de insuficiente, ya que Endesa, como manifestó la consejera de Economía, solo trasladó "buena voluntad" pero no un plan "pergeñado", ya que ni siquiera presentó un documento por escrito.
También mostró su descontento con la propuesta de Endesa la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles, quien ya avanzó que reclamará a la ministra que no autorice el cierre mientras no se garantice la creación de los mismos puestos de trabajo que se van a destruir.
Pero el más contundente ha sido Lambán, quien aseveró que la propuesta de Endesa "rozó el insulto a la inteligencia", hasta el punto de que advirtió de que ni los políticos, ni los municipios de las cuencas mineras ni los sindicatos están dispuestos a aceptarla.
Endesa, para Lambán, no ha acreditado ninguna responsabilidad social empresarial ni compromiso con un territorio en el que lleva obteniendo "pingües beneficios" durante muchos años, y por eso transmitirá a Ribera que sea "rotunda" con las exigencias a la compañía, para que haga todo lo posible por alargar la vida de la central.
Pero también le pedirá ayuda para que Aragón pueda obtener fondos de la Unión Europea para la descarbonización al considerar que, además de Endesa, el Gobierno de España "tiene que estar a la altura de las circunstancias" para que realmente haya una transición energética justa.
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