Rosatom, la agencia atómica de Rusia, ofrecerá un amplio apoyo a los miembros de la misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que permanecen en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia ocupada por el Ejército ruso, declaró el director general de la corporación estatal rusa, Alexéi Lijachov.
"Estamos listos y tenemos la obligación de ofrecer un amplio apoyo al OIEA, a los especialistas que trabajan en la central de Zaporiyia para garantizar la seguridad de la planta nuclear", afirmó en una entrevista ofrecida a la televisión pública rusa en el marco del Foro Económico Oriental.
Lijachov señaló que Rosatom se mantuvo y se mantiene todo el tiempo en contacto con el OIEA, con el que interactúa para "dar solución a asuntos prácticos".
La misión en Zaporiyia
"Hemos hecho, hacemos y seguiremos haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia", subrayó.
El presidente de Rosatom destacó el coraje de los integrantes de la misión, encabezada por el argentino Rafael Grossi, que viajaron a la central nuclear pese al conflicto, y celebró el informe presentado por el director general del OIEA a la ONU.
"Lo principal que se reflejó en este documento es que el OIEA confirmó los bombardeos que generan un grave riesgo a la instalación nuclear", dijo.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este martes, a petición de Rusia, para tratar específicamente sobre la situación de Zaporiyia, y lo hizo horas después de que el OIEA publicara en Viena un informe de 52 páginas elaborado después de que los inspectores de ese organismo visitaran durante una semana la planta.
El informe
El trabajo de los inspectores y hasta su informe final fue alabado por todos los que intervinieron este martes en el Consejo, incluidos el embajador ruso y el estadounidense, y esto aunque no haya servido para establecer de dónde proceden los ataques a la planta, asunto crucial para establecer responsabilidades.
La sesión comenzó con una exposición de Grossi, quien advirtió de que la presencia de vehículos y equipamiento militar rusos en la planta supone una presión indebida sobre la planta y por ello deberían ser retirados; además, recordó que "debe restablecerse la comunicación con el regulador ucraniano, que ha sido interrumpida".
Salvo esas dos peticiones directamente dirigidas a Rusia, la exposición del OIEA fue diplomática, en el sentido de que evitó cargar únicamente las culpas contra los rusos, y evitó aludir a los bombardeos que constituyen el nudo de la discordia de las últimas semanas.
El embajador de Rusia, Vasili Nebenzia, conminó a Grossi a especificar qué equipamiento ruso fue identificado por los inspectores dentro de la planta, pero el argentino no quiso entrar en detalles y abundó más bien en sus agradecimientos a todas las partes por permitirles realizar su visita porque -recordó- la prioridad ahora es "proteger la central y establecer una zona de seguridad".
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