Los ministros de Energía de la Unión Europea se reunen este martes para debatir la propuesta presentada de la Comisión Europea para reducir un 15% el consumo en todos los Estados miembro hasta la próxima primavera.
Todo indicaba que se iban a solicitar ciertas excepciones atendiendo a las circunstancias de cada país de la UE, tras las reticencias manifestadas por España, Portugal o Grecia, entre otros.
Pero a última hora, Rusia decidió entrar a jugar y anunció un nuevo recorte a los envíos de gas a Alemania a través del Nord Stream.
Esto ha provocado cierta tensión a última hora porque Alemania, quien realmente apoya la propuesta de la Comisión, se verá perjudicada, y probablemente no alcance los objetivos propuestos de llegar al 80% de almacenamientos de gas llenos para el 1 de noviembre.
Fuentes cercanas a las negociaciones explican a El Periódico de la Energía que las espadas están en todo lo alto. "Está muy abierto todo, se esperan negociaciones intensas", afirman.
Excepciones
Los titulares de la cartera de Energía debatirán sobre la propuesta del Ejecutivo comunitario de la pasada semana de recortar un 15% su consumo de gas de forma voluntaria hasta finales de marzo, una reducción que Bruselas quiere poder imponer de forma obligatoria en caso de alerta para la seguridad de suministro.
Así, el Consejo de Energía pretende abrir la puerta a que objetivo de reducción del 15% contemple excepciones atendiendo a las circunstancias de algunos Estados miembro como la escasa interconexión de las islas --como es el caso de Malta--, el problema de sincronización de la red eléctrica de los países Bálticos --aún conectados a la infraestructura rusa-- o la capacidad de almacenamiento de gas de cada Estado miembro.
Fuentes diplomáticas han explicado que la intención no es diluir ese 15% si no atender a las especificidades de determinados Estados miembro como las limitaciones geográficas y la interconexión, sin embargo, la reducción del objetivo en ciertos países no implicará que deba ser compensado por otros.
El no de España
La pasada semana, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, indicó que "no apoya" la propuesta de Bruselas al considerar el recorte del consumo de gas "un sacrificio desproporcionado", y argumentó que "a diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético".
Así, España pondrá sobre la mesa la interconexión gasística con Francia, que los niveles de almacenamiento de gas en el subsuelo se encuentran en niveles superiores a los de la media de la UE o que la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado (GNL) supone un tercio de la potencia de regasificación de la UE.
Un rechazo que no sólo ha manifestado España, sino también Portugal, Polonia, Grecia o Hungría y a la que Francia ha manifestado ya su respaldo. En este marco, la propuesta de regulación del Ejecutivo comunitario deberá ser respaldada por una mayoría cualificada en el Consejo para salir adelante, lo que supone el apoyo de 15 Estados miembro que representen al menos el 65% de la población de la UE.
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