La solicitud rusa incluye un espacio submarino de 1,2 millones de kilómetros cuadrados de superficie que se extiende más de 350 millas marinas desde la orilla”, señala el comunicado de Exteriores.
Rusia, que mantiene que esa zona es parte inalienable de su territorio, subraya que su reclamación contiene “numerosos datos científicos recabados durante muchos años de investigaciones árticas”.
“El envío de la solicitud a la Comisión de las Naciones Unidas es un importante paso para formalizar los derechos de Rusia en la plataforma continental en consonancia con la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, de 1982″, subraya.
En virtud de las reglas y prácticas de esa Comisión de la ONU, la solicitud debe ser tramitada de inmediato, habida cuenta de que Rusia ya recurrió por vez primera a la comisión con respecto a este asunto a principios de la pasada década. “Por ello, esperamos que la comisión comience a tramitar la solicitud rusa ya en otoño de 2015″, agregó.
Otras reclamaciones territoriales rusas para ampliar su plataforma continental fueron rechazadas por la ONU, entre otras cosas, por falta de datos batimétricos precisos (altimetría marina) del territorio que confirmen las pretensiones de Moscú.
La cordillera submarina de Lomonósov
Las autoridades rusas mantienen que el lecho marino del Ártico, en concreto la cordillera submarina de Lomonósov, es una continuación de la plataforma continental de este país.
La Convención de la ONU de 1982 estipula que la plataforma continental no es parte del territorio de un Estado, sino una zona de estatus especial.
Eso sí, también indica que la zona económica de un país puede extenderse más allá de las 200 millas marítimas, si la plataforma continental supera esos límites.
Según el presidente de la Asociación Internacional de Ley del Mar, Anatoli Kolodkin, “el Estado ribereño tiene derechos exclusivos para explorar y explotar los recursos naturales, tales como petróleo y gas, al igual que la pesca, dentro de los límites de ese territorio en cuestión”.
La cordillera submarina Lomonósov se eleva 3.700 metros desde el fondo del océano Glacial Ártico y, según estimaciones de expertos estadounidenses, es posible que concentre la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos.
Otros países con intereses en la zona, como Estados Unidos, Canadá o Dinamarca han criticado los métodos utilizados por Rusia para defender sus derechos sobre el Ártico, y tienen previsto presentar solicitudes similares ante la ONU.
La nueva doctrina militar rusa aprobada a finales del pasado año incluye entre sus prioridades la defensa de los intereses nacionales en el Ártico, donde el Kremlin ha ordenado la instalación de varias bases militares.
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