Vivimos en un micromundo. ¿Existe un debate real y establecido en la opinión pública sobre la transición energética? Me gustaría contar con datos estadísticos sobre el conocimiento de la sociedad española y la importancia de cambiar nuestro modelo energético. ¿Qué tanto por ciento de los españoles conoce la estructura del mix energético? ¿Qué hay más allá del enchufe y el contador? Hablamos de transición energética, asumiendo que la opinión pública conoce el punto de partida, y orientamos nuestro discurso dando por supuesto que compartimos la preocupación, sensibilidad y conocimiento de una gran parte de la población.
Tenemos un reto y no me refiero al de la transición energética. El reto es concienciar a la opinión pública sobre los temas que afectan a la calidad de vida de las próximas generaciones y tienen que ver con la producción y el consumo de energía. Tenemos la responsabilidad de salir de nuestro micromundo y no ser tan endogámicos. Si hacemos una simple búsqueda de noticias publicadas sobre la transición energética en los últimos meses, nos damos cuenta del tipo de medios de comunicación que mayor difusión dan a los contenidos (medios especializados y económicos en su gran mayoría).
La buena noticia es que la endogamia del sector de la energía no es una característica diferenciadora, es algo común en muchos otros sectores ligados a la tecnología, ciencia e investigación. Si hacemos el mismo ejercicio de búsqueda con el concepto de factura eléctrica, ahora sí, encontramos noticias publicadas en todo tipo de medios. No cabe duda, el tema de la energía interesa y mucho.
En los últimos meses hemos participado y colaborado activamente, así como asistido a multitud de eventos que giran alrededor del informe de la Comité de Expertos sobre la Transición Energética. El denominador común en todos los encuentros es reconocer la apuesta por el debate de nuestro futuro mix energético. Y no es poco, aunque manifiestamente insuficiente.
Desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE) hemos puesto a disposición de los expertos del Comité, políticos, instituciones, medios de comunicación y los principales stakeholders relacionados con el sector energía y medio ambiente nuestro propio análisis sobre la potencial aportación de las distintas tecnologías en 2020, 2030 y con mayor visión de futuro a 2050.
Las conclusiones del análisis de AEE indican que un incremento progresivo de potencia eólica a 47 GW en 2030, actualmente contamos con 23 GW, aportaría considerables ventajas en nuestro mix energético en términos económicos, ambientales e incrementaría nuestra independencia energética. La eólica es una de las tecnologías con mayor proyección en el futuro sistema energético español, junto a otras tecnologías renovables, que se integrarán de forma ordenada para aportar el porcentaje principal de nuestra estructura.
Los compromisos adquiridos en el entorno europeo de reducción de emisiones son palancas relevantes, pero no debemos minimizar otras razones de peso para apostar decididamente por la eólica, como la competitividad en costes, la eficiencia y su capacidad de integración en el sistema.
Y seguimos en nuestro minúsculo mundo... Mi percepción es que nos queda mucho por hacer para trasladar la enorme importancia de una necesaria transición energética a la opinión pública. Por ejemplo, para hacernos una idea del interés sobre estos temas, vemos cómo en el último Barómetro del CIS (marzo 2018), ante la pregunta: “¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España?” Solo un 0,3% de los encuestados cita de forma espontánea y no en primer lugar los problemas medioambientales.
Sin duda, desde las asociaciones y las empresas, también desde las instituciones, hemos intensificado esfuerzos en transmitir la urgencia de un cambio en el modelo de producción, consumo y ahorro energético. Las decisiones que se adopten hoy tendrán reflejo en la calidad de vida de las generaciones venideras. El cambio de modelo energético, en parte, será consecuencia natural del cambio de hábitos de los que hoy aún no tienen edad de votar y, mañana, decidirán sobre su medio de transporte, requisitos ambientales de su vivienda, jornadas laborales, su modelo de ciudad, etc.
Ellos, los futuros padres y profesionales, vivirán de una forma más sostenible a la actual, independientemente de los esfuerzos de los que hoy nos dedicamos a trabajar en el sector energía. Esta certeza no deja de ser un aliciente adicional para ver con optimismo la transición energética con o sin análisis sesudos de expertos.
No me gustaría caer en lugares comunes. Sin embargo, ¿no somos las mujeres las que tenemos una enorme responsabilidad en la educación de nuestros hijos para que exista un cambio generacional? Al menos tenemos el 50% de la responsabilidad. La mayor sensibilidad de las mujeres por el futuro y el legado generacional es un hecho contrastado. Recientemente, elaborando el programa de una jornada sectorial, tuvimos la inquietud de buscar equidad entre los ponentes masculinos y femeninos.
La mayoría de CEOs son hombres, por lo que nuestras expectativas de equilibrar por genero las sesiones no se han visto colmadas. En el caso de AEE, contamos con una mujer al cargo de la presidencia de la asociación, pero es de las pocas directivas que hoy tenemos en la fotografía de CEOs en el sector de la energía en España. Ojalá que las mujeres que hoy no tienen edad de votar tengan mayor presencia en los puestos directivos y su sensibilidad por un mundo más sostenible se convierta en un virus contagioso para la sociedad.
Piluca Núñez, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
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