El año pasado, el sector eléctrico europeo experimentó un importante repunte en la adopción de energías renovables, cuya cuota en el mix energético pasó del 43% en 2022 al 48% en 2023. Este aumento refleja un compromiso más amplio en todo el continente para cambiar hacia fuentes de energía más limpias, aunque la UE-27 está ligeramente por detrás de la media regional con una cuota de renovables del 44%, frente al 39% del año anterior.
Esta trayectoria de crecimiento, impulsada por las nuevas capacidades añadidas, la menor demanda de electricidad y el resurgimiento de la energía hidráulica y nuclear, sienta las bases para una transición acelerada hacia las energías renovables, con previsiones que apuntan a un salto al 67% de energías renovables y al 82% de energías no fósiles en 2030.
Alemania está dispuesta a liderar esta tendencia entre los cinco principales mercados europeos, seguida de cerca por el Reino Unido y España, mientras que Italia y Francia van a la zaga. Francia es un mercado importante, sobre todo por su elevada contribución no fósil debida a un amplio parque nuclear.
Los contrastes en el panorama energético de Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido, tal y como reflejan datos recientes, ponen de manifiesto las diversas estrategias y retos a los que se enfrentan estas economías para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y adoptar las energías renovables. La ambiciosa expansión de la capacidad renovable en Alemania contrasta con la lentitud en la eliminación de los combustibles fósiles y la completa retirada de la energía nuclear.
Por su parte, las menores incorporaciones de renovables en Francia se ven compensadas por su combinación de energía nuclear limpia. La fuerte dependencia de Italia de los combustibles fósiles y sus considerables importaciones de electricidad subrayan la urgente necesidad de diversificar sus fuentes de energía, mientras que el notable crecimiento de las energías renovables en España y el liderazgo de la energía eólica marina en el Reino Unido ejemplifican los pasos proactivos hacia combinaciones energéticas más limpias.
“A pesar del descenso continuado de la demanda de electricidad por parte de los sectores privado e industrial desde los niveles ya bajos de 2022, Rystad Energy prevé el inicio de una inversión de esta tendencia a la baja, ya que sigue siendo improbable una recuperación total este año”, dice Vegard Wiik Vollset, director de Investigación de Energías Renovables y Electricidad para EMEA de Rystad Energy****
Liderazgo alemán
En 2023, el sector eléctrico alemán experimentó cambios significativos, desempeñando un papel clave en la transición energética de Europa. Algunos de los elementos clave fueron la finalización del abandono de la energía nuclear, el aumento sin precedentes de la capacidad de las energías renovables y una reducción significativa de la generación de electricidad a partir del carbón. Estos cambios condujeron a una bajada de los precios de la electricidad, influidos por los descensos moderados a sustanciales de los precios europeos del carbón, el gas y el carbono.
A pesar del descenso continuado de la demanda de electricidad por parte de los sectores privado e industrial desde los niveles ya bajos de 2022, Rystad Energy prevé el inicio de una inversión de esta tendencia a la baja, ya que sigue siendo improbable una recuperación total este año. De cara al futuro, se esperan nuevas reducciones en la generación de carbón, aunque a un ritmo más lento, apoyadas por la competitividad del gas natural y el crecimiento continuo de las energías renovables.
La ambición europea más amplia de neutralidad climática para 2050, respaldada por el Pacto Verde Europeo, REPowerEU y el Plan Industrial del Pacto Verde, pone de relieve el papel fundamental de la energía solar fotovoltaica en la consecución de estos objetivos. A pesar de los ambiciosos objetivos de capacidad y las iniciativas para impulsar el sector solar fotovoltaico, la claridad de las políticas y los incentivos tangibles para los fabricantes siguen siendo áreas de preocupación, lo que podría obstaculizar la capacidad de Europa para cumplir sus objetivos de descarbonización e independencia energética.
El reciente acuerdo provisional sobre la Ley de Industria Net Zero y el énfasis en criterios distintos del precio en las subastas ofrecen un rayo de esperanza para la fabricación de tecnologías limpias en Europa, proporcionando potencialmente la estabilidad y la demanda necesarias para la ampliación y la reducción de costes. Sin embargo, mientras Europa se esfuerza por mejorar su capacidad de producción nacional, la comparación de los esfuerzos de deslocalización en EE.UU. y la India revela los retos y oportunidades que quedan por delante para garantizar un futuro energético resistente, sostenible y competitivo.
En conclusión, el camino del sector energético europeo hacia un futuro dominado por las energías renovables y no fósiles está marcado por avances significativos y retos persistentes. Las diferentes trayectorias de los cinco principales mercados energéticos, combinadas con las iniciativas políticas y la dinámica del mercado, dibujan un panorama complejo pero esperanzador de la transición energética en Europa. Mientras el continente navega por estas aguas, la interacción entre la política, las fuerzas del mercado y la innovación tecnológica será crucial para configurar la trayectoria hacia un sector energético más limpio y sostenible.
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