Ningún comentario La Asociación Española del Gas, Sedigas, considera que España necesita "un plan ambicioso" que incentive los gases renovables para responder de forma eficiente a los retos de la descarbonización y la seguridad de suministros nacionales y europeos.
En un comunicado, la organización ha declarado estar "firmemente comprometida" con la transición energética hacia un sistema más sostenible y ha asegurado apoyar de forma general la implementación de las políticas orientadas a facilitar una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este contexto, Sedigas ha hecho públicos sus comentarios sobre la propuesta inicial del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC) presentados durante el plazo de alegaciones.
La visión de Sedigas
En primer lugar, la organización ha insistido en la necesidad de que las políticas públicas favorezcan la creación de un entorno tecnológicamente neutro que permita una competencia libre y económicamente eficiente entre tecnologías, favoreciendo así la libertad de elección del consumidor.
Sedigas considera que la propuesta de actualización del plan promueve una electrificación renovable masiva en detrimento de otras tecnologías, también renovables, y por ello solicita que se considere un enfoque "más equilibrado".
La organización también ha expresado su preocupación "por la falta de ambición" en los objetivos propuestos en el nuevo PNIEC para el biometano, que ni reflejan el potencial estimado para España en informes y estudios, ni van en consonancia con el espíritu de las medidas fijadas por Europa.
Por último, Sedigas ha insistido en que se debe aprovechar las ventajas del gas natural respecto de otros combustibles más contaminantes.
El presidente de la asociación, Joan Batalla, ha declarado que la actualización del PNIEC debería promover "una significativa contribución" a los objetivos climáticos y energéticos europeos, "con compromisos más sólidos y objetivos más ambiciosos".
Los gases renovables
Entre las alegaciones de Sedigas al texto inicial propuesto por el Gobierno, se refleja su posición sobre la relevancia de considerar un enfoque equilibrado y tecnológicamente neutro para la transición energética del país.
La asociación considera importante incluir el análisis de una variedad de escenarios en el PNIEC para tener mayor sensibilidad y comprensión de las posibles evoluciones del mix energético.
Estos escenarios deberían tener en cuenta factores como la demanda energética, la disponibilidad de recursos renovables o la infraestructura existente, además del impacto económico para el ciudadano.
Esto permitiría una evaluación más completa de las opciones energéticas y ayudaría a desarrollar políticas más realistas y eficientes.
Sedigas apuesta por que España aspire a un mínimo de entre 35 y 47 TWh de biometano en 2030 y ha insistido en la falta de ambición en los objetivos para este gas.
La aspiración de lograr este umbral en 2030, equivalente a entre un 10% y un 13% de la demanda anual de 2022, "es respaldada por sus beneficios ambientales, sociales y económicos, así como por su capacidad para contribuir a la mitigación del cambio climático y al logro de objetivos energéticos sostenibles", según ha comentado la organización.
En relación al hidrógeno, Sedigas ha señalado la falta de concreción en elementos fundamentales para el desarrollo del hidrógeno renovable, lo que podría afectar a su viabilidad y despliegue efectivo.
En este aspecto, la asociación solicita que se mantenga el objetivo de 11 GW de electrolizadores para 2030, en comparación con los 4 GW actuales.
El gas natural
Sedigas ha destacado la importancia de no desincentivar el uso del gas natural en el corto plazo como vector de descarbonización, al desplazar otros hidrocarburos más contaminantes.
La asociación ha reiterado también la necesidad de reconocer el valor estratégico de los ciclos combinados como pilar de la seguridad energética en un entorno de alta penetración renovable no gestionable, dada su flexibilidad y eficiencia operativa en la generación eléctrica.
Además, ha señalado la relevancia de considerar que tanto las bombas de calor eléctricas como las calderas de gas tienen sus propias ventajas y desafíos en términos de eficiencia, sostenibilidad y aplicaciones específicas.
En este sentido, la elección entre una bomba de calor y una caldera de gas depende de muchos factores y en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles, "es crucial considerar cuidadosamente todas las opciones disponibles y evaluar cuál se adapta mejor a las necesidades específicas de cada caso", en palabras de la asociación.
Así, Sedigas ha defendido que se debe tener en cuenta "la relevante aportación" que pueden realizar las calderas ya preparadas para ser compatibles con el uso de biometano e hidrógeno renovable que podrían para favorecer la descarbonización en el sector de la edificación.
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