La plataforma ciudadana “Sí a Almaraz, Sí al Futuro” ha elevado una petición formal al Parlamento Europeo solicitando su intervención para impedir el cierre de la central nuclear de Almaraz, previsto a partir de 2027. La carta, registrada por trámite de urgencia ante la Comisión de Peticiones y firmada por el presidente de la asociación y alcalde de Belvís de Monroy, Fernando Sánchez Castilla, sostiene que la desconexión de esta instalación clave para el sistema eléctrico español vulnera principios fundamentales de la normativa europea en materia de transición energética, seguridad de suministro y cohesión territorial.
“Solicitamos la intervención del Parlamento Europeo para que actúe en el marco de sus competencias y ante las instancias que considere adecuadas”, reza el documento.
La Comisión ha examinado la petición y la ha declarado admisible, ya que el asunto que la Plataforma plantea entra dentro de los ámbitos de actuación de la Unión Europea. La solicitud se debatirá en la reunión de la Comisión de peticiones que tendrá lugar el 23 de junio de 2025 en Bruselas.
La plataforma denuncia que el cierre de la planta, responsable del 7% de la electricidad del país y del 50% de la de Extremadura, contradice lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2018/1999 sobre gobernanza energética. Según expone la petición, el apagón nuclear comprometido por España se aleja de las pretensiones de descarbonización, ya que “supondrá hacer uso del recurso de las centrales de gas para compensar la intermitencia de las energías renovables”, lo que incrementará tanto las emisiones de CO₂ como la dependencia energética del país.
“Con el cierre de las centrales nucleares en España, el único recurso para suplir la intermitencia renovable será el gas importado de terceros países”, advierte el texto.
Un riesgo para la seguridad de suministro
La petición, de 9 páginas, remite también al Reglamento (UE) 2019/941 sobre la preparación de los Estados frente a riesgos de suministro en el sector eléctrico. El documento argumenta que eliminar de golpe la capacidad de generación de Almaraz —que suma más de 2.000 MW firmes (aquellos que pueden suministrarse al sistema de forma segura y confiable) — genera un “riesgo cierto de crisis de electricidad”, en referencia a la definición recogida en el artículo 2 del reglamento europeo: “una situación existente o inminente de escasez significativa de electricidad”.
La plataforma considera que España debería haber elaborado un plan específico ante esta desconexión, compartido con el resto de Estados miembros, y que la Comisión Europea tiene el deber de evaluar la decisión del cierre. “La desaparición de potencia firme como los dos grupos que conforman Almaraz […] supone un evento que generaría un riesgo de crisis de electricidad”, sostiene el documento.
Almaraz, motor económico de una región en riesgo
La carta también subraya el impacto socioeconómico del cierre, especialmente en una comarca ya vulnerable como el Campo Arañuelo. “La central de Almaraz supone más del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) regional, en una región que tiene un PIB per cápita inferior al 75% de la Unión Europea”, señala la misiva, recordando que la zona es receptora de fondos FEDER y FSE+ precisamente por su bajo nivel de desarrollo.
Además, alerta sobre un posible “efecto devastador e irreversible” en términos de empleo, despoblación y envejecimiento demográfico. “Los municipios de su área de influencia tienen una renta per cápita un 12% superior a la media extremeña. Su cierre tendría un impacto devastador en nuestra región, acelerando la despoblación y el envejecimiento”, recoge el escrito.
Un estudio citado en la petición estima que la pérdida neta de empleo podría superar los 15.000 puestos a nivel nacional, además de reducir en 207 millones de euros el valor añadido bruto de la economía extremeña.
Llamamiento urgente a la Comisión Europea
En total, la plataforma solicita diez acciones concretas al Parlamento Europeo. Entre ellas: verificar si el cierre cumple la legislación comunitaria, comprobar si el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) español responde a los objetivos de la iniciativa europea “Brújula de la Competitividad” y promover un debate técnico y científico sobre el impacto de la desconexión nuclear. También pide evaluar el tratamiento fiscal de la energía nuclear en la UE y fomentar mecanismos de apoyo para instalaciones que cumplan con los estándares de seguridad.
“Resulta fundamental recalcar de nuevo la URGENCIA para la tramitación de esta petición”, concluye el documento. “Aunque el cese de operación está previsto para 2027-2028, es imperativo que se tome la decisión sobre su continuidad en los próximos meses”.
La carta pone de relieve que el cierre fue acordado en un contexto (julio de 2020) muy distinto del actual, con un calendario que asumía un desarrollo de almacenamiento y redes eléctricas que, según la plataforma, no se ha cumplido.
“El PNIEC no solo prevé escenarios de almacenamiento irreales, sino que no tiene en cuenta la necesidad europea de asegurar su autonomía energética en el nuevo contexto mundial”, reitera la misiva.
Un precedente europeo
El caso de Almaraz podría sentar precedente. La plataforma no sólo defiende la continuidad de esta central, sino que propone abrir un debate más amplio en la UE sobre el futuro de las nucleares en el mix energético. En ese sentido, recuerda que más de 20 países se comprometieron en la COP28 a triplicar su capacidad nuclear para 2050, y que países como Francia, Suecia o Finlandia están reforzando su parque atómico.
La petición se apoya también en informes técnicos y económicos de PwC, que alertan sobre los costes adicionales para consumidores e industria si se prescinde de la nuclear sin alternativas firmes, así como en estudios de impacto social que proyectan una caída de la población activa del 36% en el entorno de Almaraz.
En contra de una tendencia internacional que ha visto en la nuclear una oportunidad de transicionar hacia la descarbonización mientras las redes y la tecnología se adaptan a las necesidades de las renovables, España se ha reafirmado en los planes de apagar las nucleares entre 2027 y 2035. El cierre de las dejaría al país sin el 20 por ciento de generación eléctrica que consume y que, además, es libre de emisiones.
Un referente internacional en plena forma
Coincidiendo con esta ofensiva institucional, la central ha recibido en febrero de 2025 un espaldarazo internacional: la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO) ha vuelto a situar en el grupo de plantas con mejor desempeño del mundo, tras una revisión técnica llevada a cabo por más de 25 expertos internacionales.
“La instalación se encuentra en óptimas condiciones técnicas y cuenta con una plantilla motivada y altamente cualificada”, indicó Centrales Nucleares Almaraz-Trillo en un comunicado. Según el informe, la planta extremeña “podría seguir operando en perfectas condiciones incluso hasta el año 2063”.
La revisión destacó su cultura de seguridad, la ausencia de accidentes laborales en las últimas siete recargas y la inversión constante en modernización. Elementos que refuerzan la base técnica de una petición política, económica y energética que busca evitar un cierre que, según sus promotores, sería un error estratégico con coste social.
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