Liesbeth y Edwin ter Velde se dirigen a la Antártida en un vehículo llamado Solar Voyager fabricado con residuos plásticos y alimentado con energía solar en un intento por explorar el continente más austral del planeta y mostrar que “tenemos toda la tecnología que necesitamos para un mundo sostenible”.
La expedición Solar Voyager es una de varias iniciativas de placa planificadas por la fundación sin fines de lucro Clean2Antarctica, creada por la pareja holandesa Liesbeth y Edwin ter Velde. El objetivo de la Fundación es crear e inspirar conciencia de las alternativas sostenibles para la vida cotidiana y, al hacerlo, acelerar la transición de una “sociedad lineal a una circular”. Clean2Antarctica lo hace creando iniciativas que promueven y publicitan esta misión, incluida la Expedición Solar Voyager a la Antártida.
Solar Voyager es un vehículo creado para los duros entornos de la Antártida y construido a partir de residuos plásticos y alimentado por paneles solares.
La estrella central de la expedición, el Solar Voyager, tiene que ser capaz de hacer muchas cosas por su cuenta: desde proporcionar agua y conducir sobre la nieve o el hielo, a comunicarse con casa y mantener a sus ocupantes sanos y salvos durante 2.400 kilómetros que transcurren por algunos de los paisajes más implacables del planeta.
Solar Voyager se probó a principios de este año en Islandia y está previsto que llegue a la Antártida a finales de noviembre. Las pruebas de Islandia ayudaron a perfeccionar el Solar Voyager y lo que el equipo necesitaba saber para sobrevivir en condiciones extremas.