Según los expertos en eficiencia energética, las remodelaciones digitales y las herramientas basadas en la inteligencia artificial siguen sin recibir la financiación necesaria, a pesar de ofrecer un rápido retorno de la inversión y resultados probados en edificios comerciales. Afirman que la mayoría de los inversores esperan una regulación favorable, ignorando soluciones existentes como la optimización energética basada en la inteligencia artificial, los gemelos digitales y los sistemas predictivos de gestión de edificios (BMS).
Un nuevo informe de KPMG, basado en una encuesta realizada a 1.400 inversores senior en transición energética de 36 países y 11 sectores, revela que la inversión en activos de energía limpia está aumentando. Superó los 2 billones de dólares en 2024, frente a los 1,2 billones de 2020.
Los inversores también señalaron tres preocupaciones principales: la incertidumbre normativa y política, la volatilidad del mercado y el riesgo de rendimiento de las tecnologías emergentes.
Según el informe, el 72 % de los inversores cree que las inversiones en activos de transición energética están aumentando, a pesar de los altos tipos de interés y la volatilidad geopolítica. Esta confianza no se limita a un solo sector. El 64 % ha invertido en tecnologías de eficiencia energética (incluida la electrificación), seguido de las energías renovables (56 %), el almacenamiento y las redes (54 %) y las infraestructuras de transporte (51 %).
Mientras tanto, las asociaciones entre diversos sectores y entre los sectores público y privado se están convirtiendo en una estrategia fundamental: el 94 % de los inversores da ahora prioridad a la búsqueda de socios que les ayuden a compartir el riesgo y a poner en común sus conocimientos.
Energía sostenible
“Es alentador ver que la inversión en la transición energética se está desplazando de los combustibles fósiles hacia la energía sostenible”, afirma Donatas Karčiauskas, director ejecutivo de Exergio, una empresa especializada en la optimización energética basada en la inteligencia artificial. “Pero lo que me preocupa es el desequilibrio: solo el 15 % de la financiación de la energía limpia llega a los mercados emergentes, a pesar de que estos representan dos tercios de la población mundial. Si no cerramos esa brecha, corremos el riesgo de no alcanzar ni los objetivos climáticos globales —como las emisiones netas cero para 2050— ni los objetivos de desarrollo críticos, como ampliar el acceso a la energía y construir infraestructuras más resilientes”.
Asia Oriental, América del Norte y Europa siguen dominando la inversión en transición energética, con un 54 % de los inversores activos en Asia Oriental y un 52 % invirtiendo tanto en América del Norte como en Europa.
Sin embargo, hay indicios de un creciente interés en otras regiones. Alrededor del 20 % de los inversores mencionaron Oriente Medio y el norte de África y el sudeste asiático como posibles destinos para la inversión.
El informe también destaca los retos persistentes en muchos mercados en desarrollo, como la incertidumbre normativa, la inestabilidad política y la falta de infraestructuras con grado de inversión, factores que pueden frenar los compromisos a largo plazo a pesar de los fuertes rendimientos potenciales.
En estos entornos, soluciones como los sistemas de mantenimiento predictivo basados en la inteligencia artificial, que requieren menos inversión de capital, menos tiempo y tienen menos riesgo, podrían ser especialmente impactantes, pero siguen estando infrautilizadas, según Karčiauskas.
“El destino del capital es importante, pero la naturaleza de la tecnología que respaldamos lo es aún más. Con demasiada frecuencia, las inversiones se destinan a grandes proyectos de infraestructura plurianuales. Lamentablemente, se pasan por alto las modernizaciones digitales y las herramientas energéticas basadas en la IA, que pueden generar ahorros cuantificables en cuestión de meses. No se trata de conceptos futuros, sino de soluciones ya disponibles que están funcionando. Solo necesitamos que más inversores reconozcan su valor”, añadió Karčiauskas.
Inversión en infraestructuras renovables
El informe muestra que la mayor parte del capital destinado a la energía limpia sigue fluyendo hacia infraestructuras como parques solares, parques eólicos, instalaciones de almacenamiento y transporte (incluida la electrificación). Sin embargo, según Karčiauskas, el camino hacia la descarbonización no siempre requiere soluciones costosas.
“La mayoría de los edificios no necesitan ser reconstruidos, sino reajustados. Los inversores están gastando miles de millones en infraestructuras a largo plazo, mientras que soluciones digitales probadas como el mantenimiento predictivo, los gemelos digitales y los sistemas avanzados de gestión de edificios siguen sin utilizarse lo suficiente. Una simple auditoría puede revelar dónde se está desperdiciando energía en los edificios, y las herramientas de optimización pueden solucionarlo casi de inmediato. No hay necesidad de esperar a una política perfecta o una tecnología perfecta: las soluciones ya existen”, explicó Karčiauskas.
Exergio también compartió algunos casos prácticos en diferentes tipos de edificios. En un centro comercial, su solución basada en IA redujo el consumo de electricidad en un 29 % y la demanda de calefacción en un 36 %, lo que supuso un ahorro de casi un millón de euros. Se obtuvieron resultados similares en un complejo empresarial mediante el control en tiempo real del sistema de climatización. El edificio redujo el desperdicio de energía en un 44 % en los sistemas de refrigeración y ventilación.
“En los próximos cinco años, creo que la eficiencia energética dejará de ser un objetivo secundario. Se convertirá en la principal palanca para alcanzar tanto los objetivos climáticos como los económicos. Veremos una presión cada vez mayor no solo para construir de forma sostenible, sino también para que los edificios existentes funcionen de forma más inteligente mediante herramientas digitales. Ese cambio requerirá una nueva mentalidad, que dé prioridad a la optimización inteligente frente a la construcción de más edificios”, concluyó Karčiauskas.
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