Tesla ha registrado la patente de un nuevo electrodo de níquel, cobalto y aluminio que, probablemente empleará en las celdas de sus próximas baterías, que prometen ser más económicas y tener una mayor vida útil, de hasta 1,6 millones de kilómetros en los coches eléctricos.
Tesla ha patentado un nuevo electrodo NCA (níquel-cobalto-aluminio) monocristalino en una solicitud de patente que lleva por título “Método para sintetizar electrodos de níquel-cobalto-aluminio”. De nuevo, el invento lo encabeza Jeffrey Dahn, que trabaja junto a un equipo de ingenieros de Tesla e investigadores de la Universidad de Dalhousie, en la que es profesor en el Departamento de Física y Ciencias Atmosféricas y en el Departamento de Química
La patente llega como consecuencia de nuevos estudios realizados en los que los investigadores han identificado un proceso de síntesis en dos pasos para preparar electrodos de níquel-cobalto-aluminio monocristalinos, un método con el que se pueden producir materiales “sin impurezas” que evitan la aparición de "masa muerta" en los electrodos.
Tesla ya ha probado estas nuevas celdas en su proyecto 'Roadrunner', con el que pretende desarrollar sus propias baterías y fabricarlas internamente para usarlas, primero, en sus coches eléctricos y más tarde en sus baterías estacionarias. Los nuevos electrodos podría permitirle a Tesla conseguir una densidad energética similar o mejor que las baterías de níquel, manganeso y cobalto (NMC).
Meses atrás, Jeff Dahn y su equipo patentaron una batería de ion-litio de nueva generación, cuya química promete durar 4.000 ciclos de carga/descarga, lo que aplicado en coches eléctricos se traduce en una vida útil de 1,6 millones de kilómetros, aproximadamente. Todo ello, además, a un precio mucho más barato: inferior a 100 dólares/kWh.
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