Otro culebrón que llega a su final. Tras meses de polémica con, incluso, manifestaciones por parte de grupos ecologistas a las puertas de la fábrica, Tesla por fin ha recibido la sentencia que estaba esperando: el permiso para expandir su planta de Gruenheide. Así lo confirmaron las autoridades medioambientales del estado de Brandeburgo, donde el fabricante californiano tiene sus instalaciones.
Esta aprobación permite inicialmente a Tesla instalar una zona logística asfaltada para los nuevos vehículos, así como escaleras en su planta de prensado y una barrera de acceso. Sin embargo, las organizaciones ecologistas y grupos locales contarios temen que dicha ampliación ponga en peligro el suministro de agua de la región, ya que está ubicada en una zona de protección de agua potable.
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