Una treintena de activistas de Greenpeace han pintado decenas imágenes en el suelo de la céntrica calle Bravo Murillo de Madrid para reclamar "menos coches y menos contaminación" en los núcleos urbanos. La organización ecologista ha hecho coincidir la acción con el Día sin Coches que se celebra este jueves y ha elegido la travesía madrileña por la que circulan 22.000 vehículos al día, la mayor parte de paso hacia otras partes de la ciudad.
Los activistas han pintando los siete carriles (dos para aparcamiento y otros cinco de circulación) del tramo entre la calle Feijóo y la glorieta de Quevedo para representar los usos que deberían tener grandes calles como ésta, donde las personas y el transporte público tuvieran prioridad frente al coche particular. Treinta activistas han pintado 2.000 metros cuadrados de calle con el objetivo de "soñar una ciudad de movilidad sostenible".
Al amanecer, los carriles de la travesía madrileña han aparecido simulando la manera en que debería reordenarse su utilización para que la ciudad fuera más sostenible y respetuosa con el clima: dos carriles para peatones, otros dos para ciclistas, otros dos para autobuses, y uno para automóviles y motocicletas, que en un futuro no muy lejano deberían ser de motor eléctrico. También portaban una pancarta con el mensaje "menos coches, menos contaminación".
"Este modelo, que podría trasladarse a cualquier ciudad, debería constituir la esencia de las políticas de movilidad y urbanismo de los próximos años: la reducción en el número de automóviles que circulan en nuestras ciudades mediante el rediseño de nuestras calles, y el reparto más equitativo del espacio público entre las personas y los medios de transporte", ha declarado Mariano González, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace.
Greenpeace ha elegido una calle como Bravo Murillo al ser una vía representativa del dominio del automóvil en las ciudades ya que de los 28 metros de anchura 19 de los mismos se dedican a la circulación (cinco carriles) y aparcamiento (dos carriles) de automóviles. "Es decir casi un 70% del espacio público se encuentra dedicado al uso prioritario del coche", ha indicado la organización.
Con esta acción, la organización ecologista Greenpeace quiere representar lo que "debería constituir la piedra angular de las políticas de movilidad y urbanismo" y que deberían de pasar por la redistribución de todo el espacio dedicado hoy en día al automóvil hacia peatones, bicicletas y carriles reservados para el autobús, así como para usos sociales no exclusivamente de tránsito como parques infantiles, huertos urbanos o lugares de esparcimiento.
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