Desde el pasado 5 de abril, tras aprobarse el RD 244/2019, el autoconsumo compartido ya es posible en España. Pero todavía queda mucho camino por recorrer. Por el momento es posible su instalación aunque solo en su modalidad 'estática', con un sistema estático de coeficientes fijos, es decir, que todos sus participantes comparten la instalación en función de la potencia o de la inversión realizada y no de la energía consumida.
Sin embargo, el Gobierno está trabajando en una normativa para que se pueda poner en marcha otra modalidad, el 'autoconsumo dinámico'. Es una pata más para el desarrollo de las comunidades locales de energía, un concepto que según explicó Joan Herrera, director general del IDAE, durante la presentación del informe La energía flexible, "responde a una necesidad de electrificar la economía y apostar por la eficiencia energética que va más allá del ámbito de las viviendas o de la edificación en general, responde al intercambio local de electricidad".
Para ello es necesario que el Ministerio de Transición Ecológica apruebe una orden ministerial que lo permita, tal y como señala el RD de autoconsumo, en su Diposición Quinta del Anexo I: "se modificará el Anexo I para desarrollar los mecanismos y requisitos que resulten necesarios para permitir la implementación de coeficientes de reparto dinámicos para el autoconsumo colectivo o asociado a una instalación a través de la red".
"El autoconsumo dinámico ya es viable técnicamente" explica a este diario Aida González, experta en el sector eléctrico y ex directora de regulación de UNEF, "pero se enfrenta directamente a las distribuidoras, que son las encargadas de proceder a las lecturas de las medidas de energía, de realizar los saldos netos horarios y de calcular la liquidación. Con el autoconsumo dinámico, habrá que calcular cuánto ha producido y consumido cada vecino y cuánto se han intercambiado, un proceso muy laborioso que con la legislación actual no están obligadas a hacer, y además estas empresas dicen que no se puede hacer".
Según González, ya existen experiencias en otros países con autoconsumo compartido dinámico, como es el caso de Francia. "En nuestro país vecino se está utilizando blockchain para conocer la trazabilidad de cada uno de los consumos y poder hacer el cálculo de lo que le corresponde a cada uno de los titulares de la instalación".
El Gobierno tiene en su mano abrir la puerta a un nicho de mercado que podría no ser exclusivo de las distribuidoras. "Actualmente la ley dice que quienes deben hacer esos cálculos son las distribuidoras, pero la regulación puede abrir la puerta a que otras empresas, como agregadores o empresas de servicios energéticos sean las que puedan realizar esa labor incluso encargada por las distribuidoras. Al final los contadores digitales o lo que cada persona haya consumido seguirá estando bajo el control de la distribuidora y por lo tanto el reparto de la generación y el consumo entre vecinos", concluye Aida González.
Según Joan Herrera, la posición del gobierno es clara, "no hay competencia real si no hay neutralidad de acceso al dato, por eso exigiremos a las distribuidoras que ese acceso sea más ágil y más diligente, tenemos como objetivo que la digitalización permita el desarrollo de un Data Hub, porque el acceso al dato es fundamental. Tenemos que introducir elementos de competencia y un nuevo papel para la agregación de la demanda, que sea independiente".
El autoconsumo dinámico es el cóctel perfecto que combina eficiencia energética y generación renovable en edificios. No solo aprovecha al máximo la generación sino que además el excedente se puede distribuir en función de las necesidades de demanda de los participantes, lo que le sobra a uno puede necesitarlo otro. En definitiva, optimizar el uso de la energía y maximizar la rentabilidad de la instalación.
Y ahora, podría convertirse en el nuevo nicho de negocio para muchas empresas del sector.
Autoconsumo electrico
04/06/2019