Justo dos meses después de que la compañía eólica danesa Vestas anunciara el cierre de la mayoría de líneas de producción de su fábrica de nacelles en Villadangos del Páramo (León) pero no de echar el candado a toda la planta, ha cambiado de idea.
Acaba de informar a los empleados que "Vestas tiene la intención de dejar de producir en su fábrica de montaje en León, que afecta a todos los 362 empleados de la fábrica. Los empleados han sido informados sobre la intención de dejar de producir a través del comité de empresa local y también recibirán una carta de Vestas con información sobre la situación y los datos de contacto para obtener más información".
Pese al conflicto laboral iniciado desde entonces, la huelga indefinida, la concentración de un pequeño número de trabajadores en el interior de la fábrica y el apoyo del resto de plantas en España, la dirección de Vestas no ha dado su brazo a torcer. "Ha sido la alta conflictividad la que ha precipitado la decisión original de la compañía, que aunque pensaba cerrar la fábrica, no quería hacerlo de manera tan inmediata", señalan fuentes del sector, "todo lo que ha ocurrido ha sido una falta total de entendimiento entre el Comité y la dirección, que no han creado ningún puente de negociación y se han cargado todos los posibles".
Según un comunicado de Vestas, tal y como dicta la ley española, "ahora iniciará negociaciones con los comités de empresa locales para todos los empleados afectados. Vestas está explorando oportunidades para trasladar a los empleados de León a otros sitios de fabricación y servicio de Vestas en España, así como a las oportunidades fuera de Vestas a través de un plan de recolocación. Se espera que las negociaciones se finalicen dentro de los 30 días posteriores al inicio, según lo prescrito por la legislación española".
"Después de comunicárselo a los trabajadores", continúan las fuentes, "el siguiente paso es presentar el ERE, pero hay un problema y es que Vestas habla de 362 empleados y la Inspección de Trabajo de León dice otra cosa, hay muchos trabajadores más que se les considera plantilla fija de la fábrica y que deberán incluirse en ese Expediente de Regulación de Empleo. Pero si Vestas no pone mucho impedimento, estaríamos hablando de que la fábrica estará cerrada a finales de este mismo año".
Para la compañía, "España sigue siendo un mercado clave con más de 4 GW de turbinas instaladas, 6 GW en servicio y alrededor de 2.000 empleados hasta el 30 de junio de 2018", también señala que "Vestas continúa teniendo una fuerte presencia local para atender los mercados españoles e internacionales, incluida una fábrica de generadores en Viviero y una fábrica de palas en Daimiel, donde está invirtiendo para establecer la producción de palas para la turbina V150-4.2 MW. Además, también tiene Centros de servicio y almacenes, su sede en el Mediterráneo en Madrid y una fuerte cadena de suministro local en España".
"Es el momento, a nivel político, para que esta decisión tenga una repercusión y sea tan tajante que a Vestas no se le vuelva a ocurrir hacer algo parecido. Así ocurre en otros países, como EEUU y China, donde los políticos no permiten que una compañía de una patada sin hacer nada al respecto", concluyen las fuentes, "porque no solo es que eche a la calle a más de 600 trabajadores, si contamos con 400 fijos más 200 temporales, es que indirectamente va a afectar a la riqueza económica de toda la cuenca minera donde se encuentra la fábrica. De ella dependen más de 40 proveedores, lo que supondría eliminar más de 2.000 empleos directos y multiplicados los indirectos".
Aunque no sea la solución, según ha podido saber El Periódico de la Energía, casualmente "la fábrica de palas de GE Ponferrada ha anunciado que está buscando contratar más de 200 personas, especialmente operarios del sector". Se trata de una fábrica que se encuentra a 95 kilómetros de la de la de Villadangos del Paramo de Vestas y que podría estar interesada en los trabajadores salientes de Vestas.
La compañía ha informado que "el coste financiero de cesar la producción en la fábrica de ensamblaje en León se relacionará principalmente con la amortización de terrenos y edificios. Estos costes se registrarán como artículos especiales y se incluirán en el tercer trimestre de 2018".
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