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Vestas recula y calma a sus trabajadores de Daimiel tras el caos producido por los despidos

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La reunión de ayer entre la dirección de la fábrica de Vestas en Daimiel (Ciudad Real) y los trabajadores ha servido para calmar, por el momento, las aguas. La empresa les ha dicho que prevé mantener la mayor parte de los puestos de trabajo de esta factoría, y que prescindirá de algunos trabajadores contratados a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), sin concretar la cifra.

Los que tienen garantizada su continuidad son los cerca de 600 trabajadores fijos de la plantilla, pero a los trabajadores eventuales les han dicho que la mayoría de ellos podrán continuar trabajando en la planta en función de la necesidades de producción.

En menos de seis días, la situación ha sido desquiciante. Según fuentes internas de la compañía, señalan al director de la fábrica de Daimiel, Roberto Meiriño, como el culpable del revuelo causado. Justo el mismo día que Vestas anunciaba el cierre de León y el ERE de extinción de sus más de 600 trabajadores, fue quien anunció a sus trabajadores temporales que no iban a renovar en cuanto se les acabara su contrato. Cerca de 400 trabajadores, casi la mitad de la plantilla, se iban a ir a la calle antes de mediados de noviembre, que es cuando finalizaba el último de ellos.

La noticia causó pánico en la plantilla sobre todo porque parecía que se iniciaba el mismo proceso del cierre de la fábrica de León.

Sin embargo, ahora llueven buenas noticias. La dirección de la fábrica les ha anunciado que acaban de recibir un pedido extra, 42 palas del modelo V126 de 61,7 metros de longitud del modelo y 3,45 MW de potencia que incrementará la producción desde este mismo mes de septiembre. Por eso, les ha dicho que la intención de la compañía es que el 75% de los 370 trabajadores de ETT puedan seguir trabajando en los próximos meses, hasta finalizar el año.

Según fuentes sindicales, "la compañía les ha explicado que no tenía previsto renovar la contratación de estos trabajadores debido a que se iba a abandonar la fabricación de esta pala para poner en marcha la fabricación del nuevo modelo V-150 de 73,7 metros y con una potencia de 4,2 MW, y que hasta que eso fuera posible, no iban a necesitar tanto personal". Pero ese nuevo pedido va a permitir que una buena parte de estos trabajadores puedan seguir empleados en la factoría daimileña.

Y mientras tanto, esperan la llegada de dos moldes para la producción de esa nueva pala. Uno de los moldes está previsto que llegue en octubre y el segundo molde para enero o febrero de 2019, que sería cuando volvieran a contratar a los eventuales. "Un retraso que se debe a un problema de fabricación de ese molde", explican los sindicatos a este diario, "lo malo es que este producto está en fase de desarrollo, y aunque se va a empezar a producir en esta fábrica, no sabemos cuándo estará ya listo para su comercialización o si su puesta en producción va a sufrir retrasos".

El Comité de Empresa, por su parte, ha recibido todas estas informaciones con cierta "tranquilidad", si bien "mantienen sus reservas con lo que pueda suceder en el futuro", añadiendo que los representantes de los trabajadores "no nos fiamos" de que la situación se pueda prolongar más allá de final de año, una vez que se concluya la fabricación de las palas del modelo V-126 que están previstas.

Por su parte, el secretario provincial de CCOO-Industria en Ciudad Real, David Vera, ha indicado que "no podemos dejar de advertir que la credibilidad de Vestas está muy dañada en nuestro país, y especialmente entre sus trabajadores, después de cómo ha actuado en León; pero hemos atendido y entendido las explicaciones de la empresa".

Bajo su punto de vista, lo que va a hacer Vestas no deja de ser una regulación temporal de empleo mientras no pueda comenzar la producción de las V-150 en Daimiel. "Una regulación de empleo que le resulta fácil y barata, disponiendo como dispone de tantos trabajadores de ETT. La legislación se lo permite y no queda más que asumirlo", ha añadido.

"En cualquier caso, estaremos muy vigilantes para que no se pierda ni un solo puesto de trabajo y así se lo hemos hecho saber a Vestas, a la que también hemos reclamado mayor estabilidad en el empleo. No puede ser que más del 40% de las personas que trabajan en la planta de Daimiel sean trabajadores de ETT con contratos temporales; a los que la empresa utiliza y de las que prescinde como si fueran de usar y tirar", ha concluido.

En los próximos meses, Daimiel seguirá con el ritmo acostumbrado, pero la empresa no ha concretado que pasará más allá de este año. "Meiriño nos ha dicho que el mercado es cambiante y que lo que un cliente quiere hoy puede que no lo quiera mañana", señalan a este diario trabajadores de la fábrica.

Sin embargo, "la V150 es una máquina que ya tiene muchos pedidos para parques europeos y Daimiel va a ser la encargada de suministrar las palas", concluyen los sindicatos, "por lo que probablemente con la producción que se espera, ‎la fábrica ciudadrealeña tenga trabajo para todo el próximo año que viene".

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