VÍDEO| Prueba Dacia Spring: el eléctrico del pueblo

Desde el comienzo, la electrificación ha estado ligada un nivel de vida y un poder adquisitivo alto. Comprar un coche eléctrico suponía una gran inversión económica, en muchos casos superior a los 30.000 euros. Sin embargo, el sector ha ido evolucionando hasta ahora, momento en el que te puedes comprar un coche cero emisiones por algo más de 10.000 euros.

Concretamente, por 12.205 euros puedes comprarte un Dacia Spring, siempre y cuando optes por las ayudas gubernamentales eso sí. Sea como fuere, como ya hiciera tras su resurgimiento en 2006, la firma franco rumana vuelve a romper la banca con un vehículo asequible y accesible para todo el mundo desmintiendo ese prejuicio de que "lo barato sale caro".

Urbano crossover

El Spring es el primer eléctrico de la historia de Dacia. Se fabrica en China donde comparte cadena de montaje con el K-ZE para exportarse a todo el mundo. Es un modelo 100% urbano como bien demuestran sus contenidas dimensiones. Mide 3,73 metros de largo por 1,51 de ancho y 1,57 de alto.

Cotas que luce bajo un diseño juvenil de tipo crossover, con elementos de diseño propios de este segmento como los pasos de rueda protegidos por una tira plástica, las barras del techo o una altura libre al suelo de 15 cm. Tiene llantas de 14 pulgadas y, entre otros, puede sumar sensores de aparcamiento traseros con cámara, luces de conducción diurna LED y retrovisores regulables eléctricamente.

En la zaga ,los voluminosos paragolpes recubiertos con la tira plástica y con un protector en plata le dotan de un aspecto más robustos. Los faros traseros heredan el diseño del nuevo Dacia Sandero. La toma de carga se ubica en la zona delantera, oculta sobre la calandra siendo necesario abrirse siempre desde el interior. En este sentido, algunos de los detalles que denotan su carácter algo más 'low cost' son los tiradores de las puertas, enrasados, el bombín de la llave, los faros halógenos principales y la ausencia de antiniebla delanteras, un limpiaparabrisas monobrazo (que no cubre todo el área del parabrisas) y un pulsador para el portón del maletero.

Para cuatro... y no muy grandes

De puertas para dentro el Spring ofrece un diseño sobrio y espartano, con abundancia de plásticos duros pero con una presencia más que satisfactoria. El cuadro de instrumentos es sencillo, con lo básico, mientras que el monitor central tiene una pantalla de 7 pulgadas. Relacionado con cada una, dos apreciaciones. El comando que nos permite cambiar entre menús del ordenador de a bordo está situado en el propio cuadro, siendo necesario meter la mano entre los radios. De la pantalla central, los gráficos son mejorables y la salida USB está colocada un poco medio. Lo bueno, que tenemos conexión Apple CarPlay y Android Auto. Por cierto, antes de seguir, el volante no tiene regulación ni en altura ni en profundidad.

En cuanto a la habitabilidad, el Spring hace gala de un tamaño compacto, con una anchura un poco justa. Como buen urbano, está configurado para cuatro ocupantes mientras que el espacio trasero, como veis en las imágenes, es algo justo para un adulto de 1,80 metros. Lógicamente, no busques salidas de aire o puertos USB porque no los encontrarás. El maletero, en cambio, sí destaca por ofrecer una buena capacidad. Concretamente cubica 270 litros que son muy aprovechables. La pega, que no tendrás un hueco específico para guardar los cables de carga.

Perfecto ciudadano

En marcha, todo ese carácter urbano del que os hemos hablado, sale a relucir. Porque además de tener un tamaño contenido este Spring propone un rendimiento propio de la urbe. Su motor eléctrico declara 45 CV y 125 Nm lo que se traduce en unas prestaciones demasiado lentas: 19,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 125 km/h de punta que le cuesta muy mucho conseguir.

Porque sus dominios son las ratoneras calles donde se mueve con más soltura. Ojo, porque los 50 km/h tampoco es que los alcance de manera fulgurante pero tampoco le podemos pedir más. Bueno, sí, que como buen urbano contase con un modo B o similar que aumentase la intensidad de la frenada para llegar a eliminar el freno y, lo más importante, incrementar la autonomía.

No obstante, esta última no es una de sus principales pegas pues los 27,4 kWh de batería le dan para homologar una autonomía de 230 km en ciclo mixto realizando un consumo de 11,9 kWh/100 km. Nosotros durante la prueba hemos consumido 12,5 kWh lo que nos ha permitido rozar el dato real. El mismo que se incrementará en casi 100 km por ciudad a tenor de poco más de 8 kWh. Cuenta con un modo Eco que rebaja todavía más las pretensiones limitando la velocidad máxima a los 100 km y la potencia a los 31 CV. Con él, el consumo es incluso más contenido.

Conducir el Spring es hacerlo como a la antigua, anticipando frenadas y sin realizar movimientos demasiado bruscos pues el chasis no te permite muchos alardes, es relativamente ágil para ciudad pero fuera de la misma se empieza a notar algo más tosco.

En definitiva

Dacia ha vuelto a hacerlo. Ha roto una barrera que parecía inexpugnable para los eléctricos: la del precio. Porque optar por este Spring te cuesta 19.205 € que son 20.705 € con el acabado Comfort Plus de esta unidad. Tarifas que se quedan en 7.000 € menos si optas por el Plan MOVES III entregando un coche para achatarrar.

Quizá no sea el modelo más barato del mercado, pero sí es el primero que puede considerarse como coche al 100% (los otros dos son más cuadriciclos). No esconde sus limitaciones pero lo que consigue es acercar la electromovilidad a quien todavía la mira con miedo. Porque también te facilita la carga ya que en un enchufe doméstico puedes llenar el 100% en menos de 13 horas o reducirla a 6 horas y media en tomas de 7.4 kW. Incluso, puedes conectarlo a tomas de corriente continua de hasta 30 kW teniendo que esperar tan solo 30 minutos para obtener el 80%. Está claro que quien no quiera rehuir la electromovilidad es porque no quiere ver con buenos ojos a este Spring, el coche eléctrico más barato del mercado.

Fotogalería del Dacia Spring