La parte pública del sector del esquisto se ha caracterizado durante mucho tiempo por la disciplina de capital y un crecimiento modesto para garantizar la rentabilidad de los accionistas. Sin embargo, los últimos acontecimientos sugieren que este año ya se ha producido un cambio más notable en la actitud del sector. “El inventario se ha convertido en una de las principales preocupaciones tanto de los inversores como de los operadores, por lo que resulta evidente que el sector funciona ahora como un negocio maduro”, dice Alexandre Ramos-Peon, director de Investigación de Esquisto de Rystad Energy.
Aunque Rystad Energy sigue viendo un crecimiento de la producción a corto plazo, se ha buscado un enfoque más disciplinado del crecimiento para ayudar a garantizar la estabilidad del negocio a largo plazo. Dado que las grandes empresas públicas independientes y las majors siguen cosechando los frutos de la baja actividad, la elevada productividad y los favorables precios de las materias primas en la segunda mitad de 2023, incluso el aumento de los dividendos y las recompras no bastan para agotar las arcas de las grandes empresas de exploración y producción (E&P). “En consecuencia, prevemos una consolidación continua en forma de fusiones y adquisiciones (F&A), alimentada por el exceso de flujo de caja, ya que las empresas compiten por las preciadas superficies restantes para cimentar sus inventarios a largo plazo”, pronostica Ramos-Peon.
Desde el punto de vista operativo, en 2023 se observó una debilidad persistente tanto en la actividad de perforación como en la de fracturación hidráulica. Sin embargo, la producción siguió creciendo, y el ritmo de crecimiento medio anual del petróleo en EEUU. está en camino de superar los 800.000 bpd en 2023, impulsado en gran medida por las E&P privadas. “Un análisis más detallado de los datos de las plataformas indica que son sobre todo las pequeñas E&P privadas las que impulsaron tanto el aumento del número de plataformas en la segunda mitad de 2022 como el persistente descenso de este año” explica el analista de Rystad.
Esto, a juicio de Ramos-Peon, también tuvo el efecto secundario de reducir la productividad en toda la cuenca, ya que las posiciones de superficie son inferiores a las de sus homólogas de mayor tamaño. Sin embargo, los datos recientes sugieren que el descenso tanto de la perforación como de la terminación está invirtiendo las tendencias, y el actual número de equipos es suficiente para evitar que la producción disminuya en EEUU.
“Nuestra hipótesis de base prevé una adición de unas 70-80 plataformas a lo largo de 2024, lo que implica un crecimiento de la producción de más de 400.000 barriles diarios (bpd) en términos interanuales. Al mismo tiempo, la actividad de fracking disminuyó en 2023, pero no lo suficiente como para impedir que las principales cuencas de esquisto siguieran creciendo. La producción total estadounidense probablemente superó los 13,1 millones de bpd en septiembre de 2023, volviendo y posiblemente superando el máximo histórico alcanzado a finales de 2019”, añade.
Descenso de los precios
La tendencia al alza de los precios y los costes de los pozos, que había afectado gravemente a la rentabilidad en algunas cuencas y zonas, por fin se está invirtiendo. “Esto se debe a la falta de demanda de servicios en los últimos meses. Prevemos un descenso de los precios y los costes de los pozos en 2024, tras dos años consecutivos de castigadora escalada de costes”, prevé Ramos-Peon.
Y añade :”El sector del esquisto sigue vivo, aunque con menos intensidad que en ciclos anteriores. Sin embargo, la persistente disciplina de capital está generando rendimientos atractivos y constantes para los accionistas. Incluso cuando la inestabilidad política en Oriente Medio alcanza proporciones alarmantes, alimentando un repunte de los precios de las materias primas, vemos poco apetito en el sector del esquisto por aumentar los gastos de capital”.
En otras palabras, la elasticidad de la oferta en Estados Unidos es mucho menor de lo que solía ser. El principal factor que limita el crecimiento de la producción es esta duplicación de la austeridad de capital, frente a la degradación de los inventarios o de la productividad. Un efecto secundario, a medida que la industria abandona lentamente las tasas de crecimiento de dos dígitos a un ritmo elevado, es que debe abordar las cuestiones de la longevidad del actual modelo de negocio.
Estas preocupaciones se plasman en la actual obsesión por el inventario; ningún tema ha dominado más las conversaciones del sector del esquisto en 2023 que la cuestión de los emplazamientos perforables restantes. Estas incertidumbres han desencadenado una nueva oleada de consolidación.
“Rystad Energy reitera su opinión de diciembre de 2022 de que los actuales niveles de inventario no sugieren un declive inminente de la producción de tight oil. Dicho esto, el reparto de la tarta de inventarios entre cuencas y operadores dista mucho de ser equitativo, y no debería caber duda de que los niveles actuales de inventarios respaldan un modelo de negocio más maduro de cara al futuro, tanto para las E&P públicas como para las privadas. El acuerdo entre Pioneer y Exxon, que reconfigurará el panorama de la cuenca del Pérmico en tierra firme, es un buen ejemplo de lo que podrían ser estos modelos de negocio maduros, y esperamos más consolidaciones de este tipo hasta bien entrado 2024”, concluye Ramos-Peon.
Fuente: Rystad Energy
Xosé Manuel
09/11/2023