España cuenta con "todos los condicionantes" para alcanzar el "éxito" en la economía del hidrógeno al disponer de productores, de empresas que demandan este vector energético, así como de talento, si bien ahora hay que "hacer que pase y acelerarlo", señala en una entrevista a EFE el director general de ABB Motion en España, Juan Bachiller.
Sólo así podrán germinar "campeones nacionales" con presencia industrial sobre el territorio, lo que redundaría en empleo estable, conocimiento e independencia tecnológica, un beneficio "muy importante" como ha comprobado Europa tras sus últimos 'shocks', según Bachiller.
En la entrevista con _EFE _con motivo del Congreso Europeo del Hidrógeno (EHEC) celebrado en Bilbao, Bachiller habla de la transición energética, del proceso de, pero, sobre todo, insiste en querer transmitir un mensaje de "tranquilidad" respecto al hidrógeno, una tecnología que "ya es madura".
El hidrógeno para ABB
Lo hace desde el 'stand' de ABB, multinacional sueco-suiza de ingeniería eléctrica y automatización con presencia en España desde 1917, hace ya "ciento y pico años", y donde estarán "unos cuantos más, acompañando a las empresas españolas y siendo un socio sólido en todo" lo que puedan.
Bachiller no busca el autobombo sino abordar, como las más de 1.100 personas de 35 países que han asistido a esta cita en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) de Barakaldo, el estado del hidrógeno, de su futuro y también de su presente.
"Somos optimistas en cuanto al avance", dice en un plural mayestático con el que expresa el sentimiento de su firma, y prosigue: "se dan todos los condicionantes para que tengamos éxito. Ahora hay que hacer que pase y acelerarlo".
Y es que, a pesar del entusiasmo, "en esta fase inicial, se está tardando algo más que otros Estados europeos", cuenta el director general de ABB Motion en España, que avisa de que otros países centroeuropeos y nórdicos disponen de una tramitación de permisos o una regulación "un poco más ágil".
No sólo lo piensa él. Al igual que ha sucedido con el despliegue de las renovables o, más recientemente, de la electromovilidad, el 'permitting', término que se da en jerga especializada a la tramitación y obtención de permisos, se ha perfilado en este congreso como uno de los factores capaz de frenar el avance del hidrógeno.
Horizonte 2030
De este modo, alcanzar los 11 gigavatios (GW) de capacidad de electrólisis para 2030 que establece el borrador de la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), precisa del apoyo de las Administraciones.
"Vemos casi una burbuja de proyectos, pero para que aterricen hay que conseguir una fase de permisos, de regulación y también, de financiación o de ayudas", sostiene Bachiller, que cree necesario un empuje para "recorrer la curva inicial de aprendizaje".
Sin embargo, al ser una "oportunidad" de país, requiere asimismo la apuesta de las empresas y de los usuarios, pues "todos tenemos que contribuir en la parte que está a nuestro alcance para que no se retrase el proceso".
Europa, por delante de China y EEUU
Durante la charla, Bachiller trae a colación la energía eólica, la alta velocidad y las desaladoras, actividades en las que el país "es pionero" y tiene empresas nacionales que son "líderes tecnológicas".
"Tenemos productores, empresas que demandan, talento... Lo que nos hace falta (en hidrógeno) son esos campeones nacionales que tengan presencia industrial en España", indica, y recuerda que en los sectores antes citados sí que se consiguió un tejido "que genera empleo estable y una independencia tecnológica muy importante".
Por ello, y porque "somos muy afortunados con nuestra ubicación geográfica, el desarrollo y la solidez de las renovables", llama a "no desaprovechar" la ocasión.
A la pregunta de si hay que aprender de la deslocalización de la industria solar, desde hace años en manos chinas, este ingeniero ve al Viejo Continente en una posición de ventaja en materia de hidrógeno.
"Pensamos que, en estos momentos, en China (esta tecnología) aún no tiene esa visibilidad porque todavía no hay esa presión por la descarbonización de la industria, mientras que en EEUU la apuesta mayor es por la captura del dióxido de carbono (CO2) y el almacenamiento, no tanto por la sustitución", relata.
Por tanto, es una "buena ocasión" para desarrollar soluciones con empresas europeas y, en España, "preferentemente" nacionales.
¿Cuándo será competitivo?
Sobre cuándo será competitivo este vector energético, Bachiller entiende que sucederá "tan pronto" como se salga de la fase de proyectos piloto por debajo de los 10 megavatios (MW) y comiencen a salir iniciativas "de 75, 100 o 200".
Ahí, vaticina, empezarán a ser más competitivos tanto el precio final del hidrógeno como todos los componentes.
Dicho esto, ¿cuándo será?. "Estamos hablando de esos tres, cuatro o cinco años. Lo importante es que se empiece ahora y no digamos lo mismo dentro de otros cinco", concluye.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios