El pasado mes de octubre el Gobierno envió a la Comisión Europea y al resto de socios de la UE un nuevo documento de propuestas para hacer frente a la escalada de los precios energéticos en el que propone que en momentos «excepcionales» se permita abandonar el sistema actual de fijación de precios por otro basado en el coste de las energías renovables.
«En estos momentos extraordinarios, en lugar de una señal pura de precio marginal, contaminada por los repuntes del precio del gas, el precio de la electricidad se obtendría como un precio medio con referencia también al coste intramarginal de las tecnologías limpias, en particular las renovables», señala el texto que fue refrendado por el propio presidente del Gobierno Pedro Sánchez, como por las vicepresidentas Ribera y Calviño.
De esta forma, el precio de la electricidad «estaría directamente vinculado con los mix de producción nacionales», al tiempo que «se protegería a los consumidores de volatilidades excesivas» y se les permitiría «participar en los beneficios de un mix de generación más barato».
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Pero realmente, es establecer un nuevo Marco Legal Estable donde se fijaba un precio medio de todas las tecnologías. Ahora, sacarían dos precios, uno con las tecnologías inframarginales y otra con las tecnologías marginales, principalmente ciclos combinados y cogeneración. De ellos, se saca un precio medio y ese es el que se reflejaría en el mercado para el consumidor.
Ahora, los reguladores europeos a través de su asociación, ACER, han asegurado en su Evaluación Preliminar de los altos precios de la energía en Europa y el diseño actual del mercado mayorista de electricidad que la propuesta del Gobierno español de precios medios entre tecnologías marginales e inframarginales pone en riesgo la seguridad de suministro.
"Tales enfoques corren el riesgo de poner en peligro la seguridad del suministro tanto a medio como a corto plazo", señala el informe de los reguladores.
ACER explica que "al aplicar un límite de precio o un techo formado a través de un precio promedio, algunos de los participantes actuales en el mercado
es probable que no puedan recuperar sus costos totales con el tiempo, lo que justifica su salida del mercado. De manera similar, tales medidas corren el riesgo de desanimar a los nuevos participantes (ya sean nueva generación o nuevas ofertas que responden a la demanda) que podrían haber satisfecho las necesidades del sistema de forma rentable".
ACER afirma que la propuesta española de reformar el mercado eléctrico elimina las señales de precio necesarias para la entrada en el sistema eléctrico de productores que den mayor flexibilidad al mercado.
"Por último, independientemente de las preferencias políticas, al aplicar ciertos límites de precios o precios medios dependientes de cada tecnología, existe el riesgo de fragmentación de un mercado europeo de la electricidad bien integrado. Si cada área de mercado (zona de oferta) fuera a aplicar su propio concepto de "precio justo", las consecuencias podrían ser significativas, tanto para descarbonizar la economía europea a menor coste como para mantener la seguridad de suministro
y la resiliencia del sistema en el futuro (ya que los precios y los impactos del sistema corren el riesgo de ser menos mitigados a través de contribuciones de áreas vecinas)", señalan los reguladores en su evvaluación.
Este informe será evaluado por la Comisión Europea para luego enviarle su respuesta al Gobierno español sobre la propuesta de reforma del mercado eléctrico. En definitiva, España ya se puede despedir de su propuesta.
Luis Cuena
17/11/2021