Este sábado se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía. Siempre se ha dicho que la energía más barata es la que no se consume. En eso consiste la eficiencia energética, uno de los pilares de la transición energética que cualquier país tiene que tener en cuenta y desarrollar en los próximos años si ya no está en ello.
La batalla de la eficiencia energética es de todos los ciudadanos. Todos pueden aportar su granito de arena. Los edificios, las viviendas y oficinas, son junto al transporte lo que más consume energía en el planeta. Y por ello, hay que tratar de consumir menos energía en nuestros hogares.
La web del ahorro Kelisto.es ha recopilado una serie de medidas que pueden ponerse en práctica en los hogares para optimizar el consumo y el ahorro en la economía familiar y, a la vez, proteger el medio ambiente. En total, estas acciones permiten ahorrar al cabo del año una media de 300 euros, aunque pueden llegar hasta 1.910 euros dependiendo de la situación de partida.
Su director de Energía, Hernán Martínez, asegura que España todavía tiene mucho camino por recorrer en este ámbito. "La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que el consumo de energía en Europa se reducirá un 15% en el año 2040. Esta reducción se producirá por tendencias demográficas y culturales, pero principalmente por la aplicación de medidas de eficiencia energética. En cuanto a España, actualmente se sitúa en décima posición dentro de la Unión Europea en los rankings de eficiencia elaborados por el Banco Mundial, lo que indica que todavía queda mucho camino por recorrer en la implantación de medidas de eficiencia energética y de transición al uso de energías más respetuosas con el medio ambiente", afirma.
Con una situación así, ¿qué puede hacer un ciudadano cualquiera por ahorrar energía? Existen varias medidas que son fundamentales si se quiere pagar menos en los recibos de la luz y la calefacción. Medidas como estas son las que aconseja Kelisto:
1.- Sellar puertas y ventanas. La instalación de burletes o sellar esas juntas puede conseguir que se ahorren hasta 200 euros al año.
2.- Instalar termostatos y temporizadores en los aparatos de calefacción. Mantener la temperatura estable gracias a un termostato puede suponer un ahorro de un 8-13% del gasto en calefacción, aproximadamente unos 60 euros al año. Una temperatura de 21º es suficiente para mantener un ambiente confortable, cada grado adicional incrementa un 7% el consumo, es decir, casi 30 euros anuales.
3.- Evitar el stand-by de los aparatos eléctricos. Desenchufar los aparatos que no estén en funcionamiento permite un ahorro de entre 50 y 100 euros al año.
4.- Sustituir bombillas tradicionales por otras de bajo consumo o LED. Con esta medida, el ahorro energético puede alcanzar hasta 200 euros anuales.
5.- Lavar la ropa a 40º en vez de a 60º se puede ahorrar hasta un 55% de energía.
6.- Ajustar la temperatura del frigorífico y usarlo eficientemente. Es importante no comprar un frigorífico más grande de lo necesario, colocarlo en un lugar fresco y regular su temperatura interior entre 3º y 7º (la del congelador entre -20º y -18º).
7.- Reducir el gasto al cocinar: apagar el fuego antes y aprovechar el calor residual es un pequeño gesto que nos permite ahorrar energía.
Aparte de estas medidas, Martínez cree que el ciudadano debería aprovecharse de las distintas ayudas que dan las administraciones. "Con precios de la energía tan elevados, el modo más directo de ahorrar para las familias y empresas es reducir su consumo y el único modo de hacerlo sin perder confort es apostar por medidas de eficiencia energética. Para lograrlo, diversas administraciones ofrecen subvenciones orientadas a promover medidas que nos ayuden a reducir nuestro consumo energético, como pueden ser la rehabilitación energética de edificios, la sustitución de calderas por otras más eficientes (planes Renove) o la compra de vehículos eléctricos (MOVEA)".
Por ejemplo, según Kelisto, instalar una caldera de condensación tiene un coste elevado pero es más eficiente que las convencionales y permitirá un ahorro de más de 200 euros al año, con lo que la inversión se puede amortizar en muy poco tiempo. En el caso de renovar los electrodomésticos se puede llegar a ahorrar el 50% del consumo de los aparatos si se compra con etiqueta energética A, o lo que es lo mismo unos 100 euros al año.
Algo más complejo es lo de mejorar el aislamiento del edificio. Ahí, aparte de ser más costoso, sería bueno acogerse a las ayudas que ofrecen las distintas comunidades autónomas. Un buen aislamiento térmico permitirá un ahorro de energía de un 30%, hasta unos 200 euros al año, aproximadamente.
Y para acabar, una medida que es fundamental es revisar tu tarifa de la luz. Hay que comprobar que la potencia contratada es la que el consumidor necesita para su hogar. La de un consumidor medio suele estar en unos 4,4 kW de potencia, aunque dependiendo del número de personas en la vivienda pueda ser más o incluso menos. En el término fijo del recibo de la luz se puede ahorrar un buen dinero si reduces la potencia contratada.
Y luego están las distintas tarifas eléctricas y de gas que hay en el mercado. Kelisto tiene un comparador donde se pueden ver las mejores ofertas del mercado, y otro comparador muy interesante es el que ofrece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Según los expertos, la tarifa regulada de la luz o PVPC es la más económica, y si a ello le sumas una tarifa con discrimnación horaria el ahorro puede ser aún mayor.
Ahora te toca dar el paso a ti.
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