La multinacional francesa de gases industriales Air Liquide ha terminado la absorción de su competidor estadounidense Airgas, anunciaron las dos empresas, que esperan gracias a esta operación más de 300 millones de dólares de sinergias, esencialmente en dos o tres años.
La fusión, que crea un conglomerado de más de 22.000 millones de dólares de facturación anual y de 68.000 empleados en todo el mundo, permitirá a Air Liquide incrementar en más de un millón su base de clientes en Estados Unidos.
La concentración generará mejoras de eficacia y en la cadena de aprovisionamiento por la "complementariedad" y permitirá a Air Liquide aprovechar la implantación de Airgas en ese país para acelerar el despliegue de nuevas ofertas y tecnologías.
Para Air Liquide, la fusión lo convertirá en líder en Norteamérica, puesto que ya ocupaba en Europa, Oriente Medio, África y en la región Asia-Pacífico.
El acuerdo de unión, adoptado unánimemente por los consejos de administración de ambas empresas en noviembre, estableció el pago de 143 dólares por cada acción de Airgas, que ha dejado de cotizar en la Bolsa de Nueva York y ha pasado a ser una filial de Air Liquide.
El presidente ejecutivo de Airgas, Peter McCausland, deja la empresa y lo sustituye al frente de su consejo de administración Pierre Dufour, director general delegado y administrador de Air Liquide.
McCausland, que calificó la operación de "histórica", dijo que la empresa se beneficiará de "la presencia mundial de Air Liquide, así como de sus capacidades tecnológicas y de innovación", sin perder su modelo de "oferta de productos y servicios y (su) cultura empresarial".
El presidente de Air Liquide, Benoît Potier, hizo hincapié en que "esta adquisición tiene una fuerte lógica industrial y de mercado que permite colocar Air Liquide de forma óptima para generar el crecimiento de mañana".
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