El gobierno alemán sigue impulsando las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono con el borrador de su Estrategia de Gestión del Carbono. El país debería tener en funcionamiento al menos un proyecto de captura y almacenamiento de carbono a gran escala en la industria del cemento y la cal, así como en la incineración de residuos, de aquí a 2030, según el borrador al que ha tenido acceso el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
La nueva estrategia incluye una clasificación de posibles áreas de aplicación, una especie de "semáforo de captura y almacenamiento de carbono". En la parte superior, en verde oscuro y por tanto con derecho a apoyo estatal, se encuentran el cemento, la cal y los residuos, mientras que la industria química básica y sus plantas de craqueo a vapor están justo por debajo. En el nivel amarillo se encuentran la reducción directa del acero alimentada con gas, la industria del vidrio y el hidrógeno azul, dice el Frankfurter.
El proyecto será debatido ahora entre los ministerios pertinentes del gobierno, antes de que el gabinete pueda darle luz verde final. El gobierno ya había acordado disposiciones clave de la estrategia a principios de este año, junto con un proyecto de reforma a la ley de almacenamiento de carbono del país, que permitiría el almacenamiento de CO2 bajo el lecho marino, así como en tierra firme, pero solo si los estados federados deciden hacerlo, poniendo así fin a la prohibición actual del almacenamiento de carbono.
Se supone que las tecnologías que hacen posible la captura y almacenamiento de carbono (CCS) ayudan a compensar las emisiones en industrias como la producción de cemento o la incineración de residuos, donde evitar por completo las emisiones de carbono es técnicamente inviable o extremadamente costoso. Muchas de las tecnologías aún no se han probado a escala.
Si bien la Comisión Europea presentó una estrategia de gestión industrial del carbono en febrero de 2024, Europa aún enfrenta obstáculos importantes hasta que se establezca un sistema de gestión que funcione bien para almacenar y utilizar las emisiones de carbono, incluidos los costos para poner en marcha un mercado a nivel de la UE y la infraestructura necesaria. Países europeos como Noruega son pioneros, mientras que los estados miembros de la UE como Alemania solo han comenzado a redactar sus propias estrategias sobre CCS, CCU y emisiones negativas.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios