Alu Ibérica, como se rebautizó las antiguas plantas de Alcoa en A Coruña y Avilés tras su compra por Parter Capital, ha trasladado al Ministerio de Industria y a los ejecutivos de Galicia y Asturias su "profunda decepción y sería preocupación" ante el resultado de las medidas del Estatuto Electrointensivo que prevé sacar adelante el Gobierno.
La compañía ha remitido cartas a la ministra de Industria, Reyes Maroto, y a los presidentes de los gobiernos de la Xunta de Galicia y del Principado de Asturias, Alberto Núñez Feijóo y Adrián Barbón, respectivamente, en las que les recuerda que existe el compromiso del Ejecutivo de lograr costes eléctricos que permitan la producción competitiva de aluminio primario en las plantas de A Coruña y Avilés.
Así, advierte de que "un proyecto generador de riqueza para estas comunidades", y más de 300 puestos de trabajo en las series de electrolisis, dependen del cumplimiento de estos compromisos adquiridos por el Ministerio en junio de 2019, y conocido por los gobiernos de Galicia y Asturias, señala la compañía en comunicado.
Para Alu Ibérica, el Estatuto reconoce al consumidor electrointensivo, pero "no soluciona el problema a quién más le afecta, el hiperelectrointensivo".
Así, considera necesario diferenciar entre consumidor electrointensivo e hiperelectrointensivo, conforme a la Directriz europea de ayudas estatales de medio ambiente y energía 2014-2020. Además, estima que mientras no haya ofertas de contratos a precios competitivos, "debe eliminarse la obligación de contratar el 10% de energía con PPAs" (contratos de compraventa de energía a largo plazo).
En su carta a las instituciones, Alu Ibérica recuerda que realizó "una apuesta decidida por" el futuro de dos proyectos empresariales claves para la economía de Galicia y Asturias y ocho meses después y con un plan de inversión de 20 millones de euros, "se siente defraudada ante la incertidumbre de un compromiso que no termina de afianzarse".
Apenas una rebaja de entre 0,5 y 3,2 euros/MWh
Asimismo, estima que apenas supondrán una rebaja de entre 0,50 y 3,2 euros por megavatio hora (MWh) en los costes energéticos, por lo que se mantiene el alto diferencial con lo que pagan los competidores homólogos de Francia, Alemania y Suecia por su electricidad para fabricar aluminio primario, que está por debajo de los 35 euros por MWh y "hace imposible arrancar la producción de aluminio primario en nueve meses".
De esta manera, Alu Ibérica señala en su carta, firmada por Günter Goldhammer, director de operaciones de la empresa, que "desea seguir confiando en la sensibilidad y credibilidad del Gobierno" y que espera que las alegaciones se incluyan y logren que se cumpla el objetivo del Estatuto de armonizar el coste eléctrico con el de la competencia europea.
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