La aplicación china Blue Map, una base de datos pública sobre el medio ambiente, comenzó a ofrecer datos globales de radiación nuclear tras el vertido de aguas en la central nuclear de Fukushima por parte de Japón, una acción criticada por Pekín, ha informado el diario local Global Times.
En la aplicación se pueden consultar desde el 1 de septiembre datos de radiación nuclear de varias ciudades de Asia y Europa, a las que se añadirán más lugares en el futuro, según el director técnico del servicio, Ruan Qingyuan, citado por el rotativo.
Ruan declaró que ahora el servicio ofrece principalmente "la dosis absorbida de radiación de diferentes lugares y el progreso del vertido en Fukushima" y añadió que los datos se recogen "de las plataformas oficiales de publicación de los distintos países".
El director del Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales -el desarrollador de Blue Map App-, Ma Jun, pidió al gobierno japonés "garantizar la publicación completa, oportuna y exhaustiva de los datos del proceso del vertido" y "aceptar la supervisión de la comunidad internacional".
El vertido de agua de Fukushima
Ma, citado por el diario, acusó a Tokio de "abrir la caja de Pandora" y aseguró que los datos pueden "ayudar a aliviar las preocupaciones de los ciudadanos".
China ha protestado reiteradamente en las últimas semanas contra el vertido, que ha calificado de "irresponsable".
Recientemente, Pekín anunció la suspensión de la importación de todos los productos acuáticos procedentes de Japón para "prevenir el riesgo de contaminación radiactiva", mientras que Tokio defiende la "transparencia" en el vertido.
El ministro nipón de Consumo, Taro Kono, cargó recientemente contra Pekín al considerar que sus restricciones son "una medida política y no científica", mientras que el titular de Agricultura, Tetsuro Nomura, las calificó de "lamentables" y "contrarias al movimiento internacional".
En 2021, el Ejecutivo nipón decidió, como parte del desmantelamiento de la accidentada planta, recurrir a la descarga controlada al mar como vía para deshacerse del líquido contaminado que se acumula en las instalaciones de la central de Fukushima, donde se agota el espacio para los grandes tanques que lo almacenan.
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