Chile dio inicio este miércoles oficialmente a la interconexión de los dos principales sistemas eléctricos del país, que suministran energía desde el extremo norte hasta Chiloé, una iniciativa que abaratará el costo de la electricidad y facilitará la entrada de proyectos de energías renovables.
La interconexión consiste en una línea eléctrica de 600 kilómetros de extensión entre las localidades de Mejillones y Copiapó que une el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SIC).
El proyecto ha sido desarrollado por la Transmisora Eléctrica del Norte (TEN), una empresa formada por Engie, controlada por GDF Suez, y el grupo español Red Eléctrica, con un presupuesto de 860 millones de dólares.
"Ésta es una obra que cambia el sector energético de Chile", destacó hoy Axel Leveque, presidente de TEN y gerente general de Engie Chile, durante el acto de inauguración desarrollado en Mejillones, en la norteña región de Antofagasta,
Los máximos ejecutivos de Engie Chile y el consejero delegado de Red Eléctrica, Juan Lasala, participaron este miércoles junto al ministro de Energía, Andrés Rebolledo, en la ceremonia de lanzamiento del proyecto, aunque la interconexión está en marcha desde el 21 de noviembre.
Leveque calificó la iniciativa, cuyas obras comenzaron en agosto de 2015, como un "proyecto faraónico". Se han construido 1.350 torres de más de ochenta metros de altura y se han utilizado 15.000 kilómetros de cable conductor.
El resultado de la interconexión del SING y el SIC es el nuevo Sistema Eléctrico Nacional, que cubre una extensión de 3.100 kilómetros de la geografía chilena y entrega energía eléctrica al 97 % de la población.
El gerente general de Engie destacó que la unificación de los sistemas ayudará a diversificar la matriz energética al facilitar el ingreso de proyectos de energías renovables.
Se trata principalmente de proyectos de energía eólica y solar que se sitúan en el norte del país y que hasta ahora no podían transportar la energía que generaban a la zona centro y sur de Chile, detalló Leveque.
En ese sentido, el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, subrayó que la interconexión es la mayor obra de transmisión eléctrica de la historia de Chile, y además permitirá que "las energías renovables no convencionales lleguen a más hogares".
"El futuro energético de Chile está íntimamente relacionado con las energías renovables. El futuro está a las puertas y con esta obra nos acercamos más a él", destacó Rebolledo.
Otra consecuencia directa de la interconexión de los dos principales sistemas eléctricos es el abaratamiento de la energía para las mineras que operan en el desierto chileno, que hasta ahora se nutrían exclusivamente del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING).
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