Según el último estudio de Rystad Energy, las emisiones por combustión de las actividades de producción de petróleo y gas aumentaron un 7% entre 2022 y 2023. Las actividades de exploración y producción emiten alrededor de 1 gigatonelada al año de dióxido de carbono (CO2) en total, y la quema en antorcha representa alrededor del 30% de esas emisiones en 2023, suponiendo una eficiencia media de la quema del 98%. La reducción de la quema en antorcha se considera un objetivo fácil para las empresas de petróleo y gas que intentan reducir su huella de carbono. Sin embargo, este reciente repunte subraya los retos a los que se enfrenta el sector, sobre todo en países productores clave como Rusia, Irán e Irak.
La quema de gas -el proceso de quemar el exceso de gas natural durante la extracción de petróleo- preocupa desde hace tiempo a ecologistas y responsables políticos. Aunque la quema no rutinaria es a menudo esencial por razones de seguridad u operativas, limitar la quema rutinaria puede reducir en gran medida la intensidad de las emisiones de la industria.
“La inversión inesperada de la mayor parte de estas ganancias en 2023 representa un paso en la dirección equivocada desde una perspectiva climática. Esto subraya la importancia de que las empresas, los países y las organizaciones del sector realicen esfuerzos continuos y crecientes para fijar objetivos y aplicar medidas que aborden el quemado rutinario, incluso en países menos centrados en iniciativas de reducción de emisiones y descarbonización”, dice Magnus Kjemphol Lohne, vicepresidente senior de Investigación de Sistemas Energéticos de Rystad Energy.
El análisis de Rystad Energy aprovecha los datos de satélite en combinación con los inventarios globales para evaluar las prácticas de combustión en antorcha a nivel mundial, revelando que Oriente Medio, África y Rusia representaron en conjunto alrededor del 70% de los volúmenes totales de combustión en antorcha en 2023. Oriente Medio, en particular, experimentó un fuerte aumento en sus niveles de combustión, alcanzando aproximadamente 45.000 millones de metros cúbicos (45 Bcm), con un aumento del 7% desde el año pasado.
Rusia sigue dominando a nivel nacional, con unos 28.000 millones de metros cúbicos quemados en 2023, un 12% más que el año pasado. Otros países con los mayores incrementos absolutos fueron Irán, EEUU y Libia, todos ellos con aumentos superiores al 10%. Hay que señalar que el significativo aumento en EEUU puede atribuirse a los problemas relacionados con la capacidad de extracción de gas a medio camino, especialmente en la cuenca del Pérmico.
La intensidad de la quema, medida en kilogramos de CO2 por barril equivalente de petróleo (kg CO2/boe), muestra las emisiones en relación con los volúmenes de producción y proporciona información sobre la eficacia con que las regiones y los países gestionan sus prácticas de quema. Estados Unidos y China, a pesar de encontrarse entre los 10 mayores emisores en términos absolutos, tienen intensidades de quema inferiores a 3 kg CO2/boe, significativamente por debajo de la media mundial de 5 kg CO2 por barril equivalente de petróleo. Por el contrario, Venezuela tiene una de las mayores intensidades de combustión en antorcha, con casi 40 kg CO2/boe.
En la última década, la industria mundial del petróleo y el gas ha quemado en antorcha unos 140 Bcm de gas al año, lo que ha supuesto un importante desperdicio de valiosos recursos y ha contribuido significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero en la industria del petróleo y el gas.
Muchos países y productores han realizado importantes avances en la reducción de la quema rutinaria, pero los datos recientes revelan que varias regiones se están quedando atrás. A pesar de los avances generales de años anteriores, el reciente aumento de los volúmenes y las emisiones de combustión en antorcha es un claro recordatorio de que es primordial la alineación mundial en torno a los objetivos climáticos.
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