El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) acaba de darle una bocanada de aire fresco a la maltrecha Plataforma Solar de Almería.
El que era el mayor centro de innovación europeo de energías renovables ha estado a punto de echar el cierre. Sus proyectos no reflotaban, los recortes ahogaron cada uno de los proyectos innovadores. Pero de momento, la plataforma seguirá operativa al menos hasta 2020.
El Ciemat acaba de contratar a la empresa Eulen para que lleve a cabo los servicios de operación de las instalaciones de la Plataforma Solar
de Almería para la ejecución de los planes de ensayos de los años 2018 y 2019, cuyas actividades se estirarán hasta el ejercicio de 2020.
No es que sea la panacea, pero este contrato da un respiro a la Plataforma que en los dos últimos años lo ha pasado muy mal, con despidos de decenas de trabajadores y proyectos que no se pudieron llevar a cabo a pesar de recibir ayudas de fondos europeos.
El contrato con Eulen está valorado en 1.607.822,94 euros y durará al menos hasta 2020, según el pliego.
Una decena de instalaciones científicas se verán afectadas. Gracias al nuevo contrato volverán a funcionar, se pondrán en marcha y se realzarán ensayos con las mismas. Incluso se provocarán paradas para estudiar su comportamiento.
De esta manera, la Plataforma Solar de Almería volverá a la actividad tan necesaria para mantener un centro de investigación de estas magnitudes.
https://elperiodicodelaenergia.com/la-plataforma-solar-de-almeria-en-situacion-critica-por-la-burocracia/
Hace unos meses, los directivos de la plataforma lanzaron un mensaje de SOS para la planta. Su situación era insostenible.
El origen de la situación es un conjunto de cambios legislativos que desde 2016 constriñen la gestión del centro, dificultan su labor y paralizan los proyectos de investigación.
En la práctica, estas normas, que fueron impuestas por el Ministerio de Hacienda para controlar el gasto en época de crisis y evitar posibles irregularidades contables, convierten el día a día del centro en un infierno de papeleos y de burocracia que impiden contratar investigadores o adquirir material tecnológico necesario para los proyectos.
A veces, solo falta un pequeño empujón para que las cosas funcionen medianamente bien, y tener voluntad política.
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