Brasil puso en funcionamiento una línea de transmisión de 724 kilómetros de extensión que incluyó en el sistema nacional de interconexión eléctrica a Roraima (norte), el único estado del país que estaba aislado.
La línea entre las ciudades amazónicas de Manaos y Boa Vista, capital de Roraima, entró en operación en una ceremonia en Brasilia que contó con la participación del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La nueva línea, que comenzó a ser tendida en 2011 con una inversión de 2.600 millones de reales (unos 480 millones de dólares o 410 millones de euros), tiene capacidad para transmitir un gigavatio de energía, cuatro veces la demanda de Roraima.
La interconexión le permitirá al estado recibir energía de fuentes renovables procedente de otras regiones del país y sustituir gradualmente las plantas térmicas a diesel que usa actualmente para atender su demanda eléctrica, de 250 megavatios de energía.
Brasil y la interconexión
"Vamos a sustituir el diesel por energía renovable y a abastecer Roraima con energía no solo más barata sino también más limpia", afirmó Lula.
Según el Gobierno, la sustitución de las térmicas por la energía procedente de la interconexión eléctrica generará una economía anual de 600 millones de reales (unos 111 millones de dólares) en los costos con combustibles fósiles y evitará el lanzamiento de un millón de toneladas de dióxido de carbono por año.









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