La Comisión Europea ha abierto una consulta pública como parte del lanzamiento del esperado “Paquete de Redes Europeas” (European Electricity Network Package), una iniciativa que busca movilizar inversiones y reformas para modernizar las infraestructuras eléctricas del continente. Este esfuerzo responde, entre otras razones, a los recientes incidentes de seguridad energética, como el apagón que afectó a España y Portugal, que han puesto en evidencia las limitaciones estructurales de las redes actuales.
Las redes eléctricas europeas —tanto las de transmisión como las de distribución— se enfrentan a desafíos sin precedentes. A medida que el continente acelera su transición hacia una economía descarbonizada, electrificada y más digital, las redes existentes muestran claros signos de saturación y envejecimiento. De hecho, según datos de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), casi la mitad de las necesidades de desarrollo de redes para alcanzar los objetivos de 2030 aún no cuentan con proyectos concretos.
Los retrasos en los tiempos de ejecución son uno de los problemas más acuciantes: algunos proyectos de transmisión pueden tardar entre 8 y 14 años en completarse. En las redes de distribución, los cuellos de botella son cada vez más frecuentes, especialmente debido al crecimiento exponencial de la demanda eléctrica, la conexión de fuentes renovables descentralizadas, la electrificación del transporte y la proliferación del almacenamiento energético.
Como consecuencia, los costes por congestión y redistribución de la energía están aumentando de manera significativa. Además, la falta de seguridad en las infraestructuras críticas, sobre todo aquellas que cruzan fronteras, ha sido subrayada como una amenaza creciente, especialmente a raíz de incidentes como el apagón ibérico que dejó sin suministro a millones de usuarios durante horas.
Cerrar la brecha
El Paquete de Redes Europeas se enmarca dentro de la “Brújula de Competitividad” de la Unión Europea y del llamado “Acuerdo Industrial Limpio” (Clean Industrial Deal), ambos elementos clave para asegurar que Europa mantenga su liderazgo tecnológico e industrial en el proceso de descarbonización global.
Con este paquete, la Comisión Europea pretende cerrar la brecha entre las necesidades energéticas previstas y los proyectos en curso. El paquete contempla no solo nuevas inversiones, sino también reformas en la planificación, regulación y gobernanza del sistema eléctrico. Su alcance incluye tanto redes de transmisión a gran escala como redes de distribución a nivel local y regional.
Con la consulta pública abierta hasta agosto de 2025 a través de su plataforma digital "Have Your Say", se invita a participar a un amplio espectro de actores: ciudadanos, empresas, operadores de sistemas eléctricos, gestores de redes, promotores de proyectos, autoridades nacionales, instituciones financieras, ONG y expertos académicos.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios