El importe total del recibo mediano de la luz para un consumidor doméstico en España en 2021 ascendió a un total de 743 euros, ligeramente por debajo de los 748 euros que supuso en 2018, ajustada la inflación, según datos del centro de estudios CaixaBank Research.
La entidad financiera ha llevado a cabo un informe sobre el impacto en la factura de la luz del alza histórico en el mercado mayorista de la electricidad para un consumidor doméstico, basado en los recibos que tiene domiciliados por parte de clientes particulares.
Esta diferencia a la baja de cinco euros entre el recibo de la luz para 2021 con respecto al de 2018 estaría en línea con el compromiso del Gobierno de una factura, descontado el IPC, similar de un año con otro, a pesar de que el pasado ejercicio estuvo marcado por una espiral alcista, especialmente a partir de julio, en los precios del 'pool' eléctrico.
En este sentido, el informe destaca que las medidas adoptadas por el Gobierno para reducir el impacto del aumento de precios del mercado mayorista eléctrico en el recibo (como la rebaja del IVA o la suspensión temporal del impuesto de producción eléctrica) tuvieron su efecto en lo que pagaron finalmente los consumidores.
No obstante, el resultado cambia si se analiza en función del tipo de contrato que tiene cada hogar, siendo penalizado en el caso del mercado regulado, el más afectado por las oscilaciones en el mercado mayorista eléctrico.
En el acumulado de 2021, el recibo mediano en el mercado regulado ascendió a 579 euros, 20 euros más (+3,5%) que los 559 euros a que ascendió en 2018.
Sin embargo en el mercado libre, el recibo acumulado para un consumidor doméstico ascendió a 861 euros, un 4,5% menos que los 902 euros de 2018, señala el informe.
Es curioso que salgan estos resultados sin tener en cuenta realmente el consumo medio de cada cliente en ambos periodos. Que sólo haya una diferencia en el mercado regulado de 3,5% cuando el precio de la electricidad en el mercado mayorista. Si se tiene en cuenta el mismo consumo, la subida sería del 10,5% en el mercado regulado teniendo en cuenta todas las medidas del Gobierno y la inflación. ¿Por qué a Caixabank le sale sólo un 3,5% más? La respuesta es fácil, el consumo ha bajado, por tanto parece que el esfuerzo ha sido de los españoles por consumir menos o incluso consumir en horarios más baratos, sobre todo tras la llegada de las nuevas tarifas a partir del 1 de junio, que aumentaron los precios a todos los consumidores, también a los del mercado libre.
Sería más justo saber lo que se paga por cada kWh, y no el precio final de la factura, que es totalmente incomparable porque este año ha habido una fuerte inflación que el Gobierno quiere descontar que proviene fundamentalmente de los precios energéticos, y luego está la fuerte diferencia de impuestos pagados en la última mitad del año.
Además, esto sucede también porque el Gobierno ha eliminado hasta el 4% los cargos del sistema, medida con la que ha creado un agujero en el sistema eléctrico que no se cuenta dentro de la factura de este año, pero que habrá que pagarlo en facturas futuras.
Por tanto, es una verdadera trampa caer en que este 2021 no se va a pagar más que en 2018, por cierto, el año con la factura eléctrica más cara de la historia.
Más precios altos en 2022
Según los datos trimestrales de Caixabank, en el primer trimestre del año pasado el recibo mediano era de 68 euros, el mismo importe que en el mismo periodo de 2018. Sin embargo en el cuarto trimestre de 2021, el recibo mediano ascendía a 60 euros, un importe un 3,6% menor al del recibo mediano en el mismo periodo de 2018.
En el mercado regulado, que corresponde al 39% de los hogares, el recibo mediano en el último trimestre de 2021 ascendió a 54 euros, un 13% superior al recibo del mismo periodo de hace tres años (+28% respecto al del cuarto trimestre 2019 y +32% respecto al de 2020).
En cambio, en el mercado libre, el recibo mediano en el último trimestre del año pasado se redujo hasta los 61 euros, un 16% menos que en el mismo periodo de 2018 (-18% respecto al de 2019 y -14% sobre el de 2020).
Estas diferencias estuvieron motivadas por el hecho de que, en el mercado libre, los precios de la energía son fijos por el periodo establecido en el contrato y solo se actualizan cuando este se renueva, por lo que las rebajas impositivas beneficiaron a los hogares que tienen este tipo de contrato.
En cambio, en el mercado regulado los precios de la energía son variables y cambian cada día y hora (corresponden al llamado precio voluntario para el pequeño consumidor, o PVPC), por lo que los aumentos de precios se trasladan más rápidamente a la factura y fueron superiores a la rebaja impositiva.
Además, los incrementos en el recibo se concentran en los hogares con mayor consumo eléctrico del mercado regulado. Así, en función del importe del recibo, en el mercado libre los recibos disminuyeron de forma generalizada en el último trimestre del año pasado, tanto los de menor como los de mayor importe.
Para 2022, el centro de estudios de CaixaBank augura una tendencia de precios altos de la electricidad, en línea con 2021, y cree que parte del aumento de precios en el mercado mayorista del año pasado "puede trasladarse al mercado libre a medida que se renueven contratos, aunque si los precios en el mercado mayorista se reducen, este efecto será temporal".
Miguel
14/01/2022