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Ralentización industrial

El escenario global muestra un ciclo económico que está cambiando rápidamente y que traslada ya cierta desaceleración. Hemos revisado a la baja nuestro crecimiento de PIB y empleo, la inflación repunta, crece la incertidumbre sobre los tipos futuros, descienden los pedidos industriales y escalan los precios energéticos, con subidas del gas y máximos históricos de CO2 y electricidad. La tendencia hacia una ralentización generalizada -incluso evolución negativa- se acentúa en algunas ramas de la industria manufacturera, por ello es obligado prestar máxima atención y cuidado a la marcha de la producción industrial y a las exportaciones, especialmente ligadas a los costes y a la competitividad energética nacional. Hay que actuar ya.

La industria utiliza un tercio de toda la electricidad nacional, dos tercios del gas y le atañen unos 80 millones de toneladas de CO2, que sumados superan una factura de 13.000 millones de euros que este año crecerá más del 15%. La marcha de la energía y la de nuestras industrias y sus exportaciones están íntimamente relacionadas.

La buena noticia es que, pese al contexto, aquí seguimos creciendo y el clima empresarial continúa siendo positivo; por ello el Gobierno en el ámbito energético y climático debe situar la mira en las industrias -enfocando a las industrias intensivas en energía– para acertar con medidas que generen más confianza, minoren la incertidumbre, mantengan y promuevan la competencia e impulsen la competitividad. Dar una  acertada y rápida solución a la situación crítica y enquistada de la cogeneración es un claro exponente de lo que hay que hacer.

En España se produce con cogeneración el 11% de la electricidad del país utilizando el 25% del consumo nacional de gas para fabricar el 20% del PIB industrial, en unas 600 industrias de sectores fundamentales y exportadores de nuestra economía (alimentaria, química, papel, refino, azulejo, etc.). La cogeneración aporta múltiples beneficios al país que abarcan eficiencia energética, ahorro de emisiones y agua, garantía de suministro, competencia en los mercados y competitividad. Todos los expertos coinciden en señalar que la cogeneración trae a cuenta a España.

Más eficiencia y energía distribuida

Conocer y entender la cogeneración es compartir y apoyar el papel integrador y dinamizador que la eficiencia y la energía distribuida juegan en las políticas energéticas de la UE y de los países más avanzados. Para los cogeneradores industriales no es sencillo ser independientes y competir en los mercados energéticos donde predominan las grandes corporaciones, tampoco lo es conseguir la atención y regulación justa de gobiernos y reguladores -siempre inmersos en tareas de mayor calado público-, pero tras más de 30 años generado en España, nuestra historia es un relato de contribuciones al desarrollo de los sistemas y mercados energéticos y de las industrias, que han pasado por muy diversos escenarios de mercado, regulaciones y políticas.

La cogeneración aporta múltiples beneficios al país que abarcan eficiencia energética, ahorro de emisiones y agua, garantía de suministro, competencia en los mercados y competitividad

Pues bien, en cualquier situación, la generación de valor que aporta la cogeneración es evidente y cuantificable para cualquier mirada experta. Hoy la cogeneración ahorra anualmente hasta 14 millones de barriles de petróleo, 8 millones de toneladas de CO2 y 25 Hm3 de agua generando superávits al sistema eléctrico, reduce un 12% el precio del mercado eléctrico para todos los consumidores, sostiene la demanda y equilibrio del sistema gasista e impulsa las exportaciones y el empleo industrial.

En el contexto energético actual el precio del mercado mayorista de electricidad está superando ampliamente los 60 €/MWh, el Brent ha pasado de 44 $/bbl a la banda 70-80 $/bbl y, siguiendo esta senda, los precios del gas natural están registrando fuertes subidas, desde los 19€/MWh apunta a 25 €/MWh y más allá. Y qué decir del CO2, que de 5 €/TonCO2 en un año ha cuadruplicado desbocado hasta los 20 €/TonCO2. A mayores precios energéticos mayor valor del ahorro de energía, cuanto más sube la energía más valiosa es aún la eficiencia energética.

Especialmente en este entorno, la cogeneración es una palanca perfecta de gestión de cualquier industria intensiva en calor que logra mantener e incluso incrementar su competitividad energética sin mermar sus aportaciones al país.

El urgente problema de la continuidad de las plantas de cogeneración

Tras cinco años esperando que se desarrolle el Plan Renove que contempla la Ley 24/2013 del sector eléctrico, un gran número de cogeneraciones está acercándose al final de su vida útil regulada de 25 años. Lograr la continuidad de las plantas en funcionamiento al llegar al final de la vida útil es urgente: sin ello se verán abocadas al cierre irremisiblemente.

En los próximos dos años, unas 50 plantas de cogeneración que suman 500 MW llegan al final de vida útil, y 99 industrias con más de 900 MW deben ya tomar decisiones de inversión a futuro sin que exista un marco que haga posible su actividad y nuevas inversiones. En cinco años este final de vida afectará a 250 plantas con más de 2.300 MW. La magnitud es muy significativa.

El problema avanza y la incertidumbre crece. Hay soluciones viables y sencillas, con todo sentido económico y sin añadir costes, con efectos beneficiosos para el sistema eléctrico y gasista.

La ministra Ribera ha declarado en el Congreso la necesidad y urgencia de revisar y actualizar la situación regulatoria de la cogeneración. Fortalecer y asegurar la cogeneración es una buena base para la transición energética que todos aguardamos y que debe traer más eficiencia energética, menores emisiones y más industria y empleo para España.

Javier Rodríguez, director general de ACOGEN

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